Para muchos, El Dodge Dart ha quedado unido para siempre a la ostentación y riqueza. En 1965, el empresario ourensano Eduardo Barreiros introducía en el mercado español, tras el acuerdo con Chrysler, este diseño americano. Era grande, suave, lujoso, pero su precio era casi desorbitado. Icono de prestigio y sofisticación en aquel momento, todavía hoy sigue despertando admiración por donde pasa.
Óscar Ayerra