Frente común del sector de gasolineras contra las estaciones desatendidas

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

ECONOMÍA

Dicen que el abaratamiento del carburante se lograría destruyendo puestos de trabajo

15 jun 2015 . Actualizado a las 14:39 h.

La patronal de las gasolineras y sindicatos constituyeron ayer un frente común contra el futuro decreto autonómico que permitirá la implantación de estaciones desatendidas -no confundir con las low cost- en Galicia. Esta nueva forma de negocio se caracteriza por no disponer de empleados que atiendan al público, una situación que, en opinión del sector, generará inseguridad. «Si se aprueba eso se van a eliminar puestos de trabajo, además de que se incumple totalmente la normativa de estaciones de servicio y de seguridad», remarcó Manuel Malvido, de UGT.

Por su parte, Víctor Ledo, de CC.OO., incidió en que la intención del Ejecutivo es revertir los altos precios del combustible con la proliferación de unas instalaciones que contribuirán «a la destrucción de empleo que ya lleva aparejado el autoservicio». Añadió que a este problema se le suma que se puedan producir situaciones de riesgo dada la falta de vigilancia, que se reposte empleando recipientes inadecuados y que luego se empleen en la comisión de delitos, que se produzcan vertidos medioambientales, así como que supone «un desprecio hacia los discapacitados porque no hay quien los atienda y no pueden hacer uso de ellas».

Por la parte patronal, Víctor García, secretario general de la Agrupación Española de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles reconoció que existe preocupación por una sistema de negocio que consideran es competencia desleal. «No vendemos caramelos. Vendemos un producto que es peligroso y contaminante y en las gasolineras desatendidas nadie controla ese producto, al tiempo que hay una pérdida de derechos por parte de los consumidores».

En su opinión, la reducción del precio tendría que producirse mediante otros mecanismos: «Si conseguimos que sea más barato a base de mandar a los empleados al paro [en Galicia, las estaciones de servicio generan unos tres mil puestos de trabajo directos] y generando riesgos...».

En este sentido, Benigno Redondo, presidente de los empresarios pontevedreses, estimó que el abaratamiento del litro se movería entre los dos y los cinco céntimos. A este respecto, recordó que en Galicia se aplica el céntimo sanitario: «Tenemos el tipo máximo, que son 4,8. No es un céntimo, son 4,8 céntimos que en otras comunidades no hay».

A esta circunstancia sumó que en Galicia existen pocos operadores que suministren carburantes al por mayor.

Con todo esto en mente, Pontevedra asistió ayer a un encuentro en el que patronal y sindicatos consensuaron una estrategia para intentar hacer ver a Industria la problemática que lleva aparejada la instalación de gasolineras desatendidas. Víctor Ledo precisó que en países como Francia e Italia existe una tendencia a revertir la situación.

Navarra, Castilla-La Mancha, Andalucía y Aragón han introducido en sus legislaciones que, durante el tiempo que las estaciones de servicio permanezcan abiertas, tiene que haber presente una persona preparada.