La potencia y toxicidad del combustible del caza agravó la tragedia de Albacete

Juan Vicente Muñóz-Lacuna ALBACETE / COLPISA

ESPAÑA

SERGIO PEREZ | REUTERS

Con la muerte de otro militar francés ya son once los fallecidos

28 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Base Aérea de Los Llanos, en Albacete, y sus más de 600 trabajadores trataron de recuperar la normalidad ayer después de que un F-16 griego se estrellara la tarde del lunes cuando se disponía a iniciar unos ejercicios de la OTAN, con el resultado de 11 muertos, los dos pilotos griegos y nueve franceses, y 20 heridos.

El aparato cayó al suelo nada más despegar y fue a impactar contra otros cinco aviones aparcados. Su explosión provocó la muerte instantánea de los dos pilotos del caza griego y de otros ocho militares y personal de mantenimiento de Francia, uno de ellos una capitana. El undécimo fallecido se produjo ayer: un militar francés que había sido trasladado desde Albacete hasta el hospital La Paz de Madrid con quemaduras en casi todo el cuerpo.

La investigación de las causas del accidente están a cargo de la Comisión de Investigación Técnica de Aeronaves Militares (CITAAM), del Ejército del Aire.

Según Defensa, los pilotos del caza biplaza siniestrado accionaron la cúpula del aparato, que «saltó, pero no se observó la eyección» al exterior. La citada comisión recogerá los restos de los aparatos y las cajas negras, y escuchará las conversaciones de los pilotos con la torre de control.

El ministro Pedro Morenés insistió en que el análisis de las causas es «especialmente complejo» y que, además de la investigación de la OTAN, el equipo interministerial de accidentes aéreos está trabajando, ya que España va a colaborar con los países involucrados». Paralelamente, el Juzgado Militar número 13 de Valencia, en colaboración con la Guardia Civil, inició otra investigación, y la declaró secreta. Además, Francia envió miembros de su Oficina de Investigación de Accidentes de la Defensa y psicólogos, mientras que la Fiscalía de París también investigará el suceso. La apertura de este tipo de procedimientos en Francia es rutinaria cuando hay ciudadanos suyos entre las víctimas.

Ayer, en la base de Los LLanos, la palabra hidracina, un componente químico altamente tóxico, fue la más repetida. Es un agente que actúa de combustible de propulsión y emergencia. El capitán José Guerreira, portavoz del Ejército del Aire, explicó que el levantamiento de los cadáveres debía esperar hasta que se eliminasen todos los restos de esta sustancia, algo que se materializó pasadas las seis de la tarde. Entonces, los investigadores accedieron a la zona. La hidracina ya impidió el lunes operar a los bomberos de Albacete -que no disponen de trajes especiales-, por lo que las labores correspondieron a bomberos militares.

Precisamente, cinco militares italianos tuvieron que ser evacuados minutos después del accidente al hospital de Hellín (Albacete) por haber inhalado hidracina. Su estado no es tan grave como el de otro compatriota ingresado en La Paz (Madrid), donde también se encuentran dos militares franceses en estado grave. Otros dos militares de ese país siguen en el Hospital General Universitario de Albacete en estado grave.

Los cadáveres de los fallecidos serán repatriados a Grecia y a Francia cuando sus autoridades así lo decidan. El ministro de Defensa francés, Jean Yves Le Drian, viajó ayer a Albacete para iniciar los trámites y visitar a los heridos. Grecia comenzó igualmente los trámites de repatriación de los cadáveres de los dos pilotos.

Un agente químico muy peligroso

 

La hidracina es un combustible que propulsa los aviones de combate. «Los F-16 tienen un pequeño depósito de combustible de hidracina, que es lo que permite que el motor pueda arrancar en caso de parada en vuelo», aclaró el capitán Guerreiro. «Lo que más ha ardido es el combustible normal que llevaban los aviones, pero la hidracina añade el componente de toxicidad», dijo. Además, produce una gran cantidad de gas y eleva mucho la temperatura.