San Cibrao cobija la mejor colección gallega de restos óseos de ballenas

María Cuadrado Fernández
MARÍA CUADRADO SAN CIBRAO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Lo dicen investigadores de Cemma que estos días trabajan con piezas únicas

02 oct 2014 . Actualizado a las 05:02 h.

A Mariña esconde uno de los tesoros más valorados por los investigadores que indagan sobre la historia de la caza de ballenas y otros cetáceos en Galicia, en cualquiera de las épocas: la antigua, entre el siglo XIII y el XVII, y la moderna, en el siglo XX. Y es en el Museo do Mar de San Cibrao donde se aloja una de las colecciones más valiosas que ayudan a entender la pesca de estas especies y su repercusión socioeconómica. Lo asegura Jose Martínez, biólogo y presidente de la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), que desde el lunes trabaja con otro investigador en el museo, rodeado de restos óseos únicos -algunos de ballenas capturadas en el siglo XVIII- y en buen estado de conservación.

Su estancia en San Cibrao les permitirá recabar documentación de relevancia para seguir adelante con la segunda fase del proyecto Galicia no lombo da balea, que financia el Grupo de Acción Costeira GAC-7 Ría de Vigo-A Guarda. Conocer con detalle el pasado de los puertos balleneros gallegos, recabar documentos y muestras históricas (han creado un banco) y realizar estudios genéticos les permitirá sentar las piedras angulares «para por en valor a importancia dos grandes cetáceos, sobre todo de baleas e cachalotes, na historia de Galicia, a nivel social, económico e etnográfico». Martínez reconoce que la colección de restos óseos del Museo do Mar «é a colección máis impresionante, a máis valiosa. En ningún outro lugar de Galicia existe esta colección. Os fondos deste museo son extraordinarios».

Enclave especial

Además de valorar la cantidad y estado de conservación de los restos, los investigadores de Cemma valoran que el museo está ubicado junto a un antiguo puerto pesquero y situado a pocos kilómetros de la ballenera de Morás (Xove), que funcionó hasta la campaña de 1976. La xovense fue una de las últimas, y su cierre puso punto y final a la actividad ballenera en Europa, según documentan especialistas y estudiosos, entre ellos la Asociación Galega do Patrimonio Industrial.

Los trabajos que realizan estos días los especialistas de Cemma en el museo de San Cibrao les permiten completan los resultados de la investigación que llevaron a cabo en otros puntos de la geografía gallega. Además de las inspecciones submarinas realizadas en verano, ayer por la tarde tenían previsto una nueva inmersión en busca de más restos óseos en la zona de Cubelas. El trabajo se completa con las inspecciones realizadas en Rinlo, importante puerto pesquero en su día, en busca de nuevos restos de grandes cetáceos.