El focense detenido admite 5 o 6 robos de los 20 que investigan y se justifica con que necesita dinero

viveiro / la voz

A MARIÑA

31 oct 2014 . Actualizado a las 05:10 h.

El vecino de Foz, de 25 años de edad, detenido a principios de semana poco después de que lo sorprendieran tirándose por una ventana de un taller de Forxán al que había entrado a robar quedó ayer en libertad, a la espera de que se le juzgue en Lugo, toda vez que en los juzgados de Viveiro no aceptó los 9 meses de prisión que le pedían.

Así lo explicaron las fuentes consultadas, señalando que el sujeto si que admitió ser autor de cinco o seis robos con fuerza cometidos en las localidades de Foz y Burela, pero no los veinte cometidos en establecimientos de A Mariña, que está investigando la Guardia Civil, y de los que se considera supuesto autor en una nota oficial.

Al parecer, todos los que admitió fueron cometidos desde principios del verano: en Foz el cíber situado en Álvaro Cunqueiro, el bar de As Torres, Gestagua y el taller de Villarino. En Burela, la tienda de R, de donde se llevó prácticamente todos los teléfonos (solo dejó los antiguos). Teléfonos que, al parecer, no se recuperaron de momento porque los habría vendido a un intermediario de fuera que, presuntamente, no supo identificar.

En la nota oficial que remitió la Guardia Civil se le imputa una veintena de delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico, todos ellos por robos con fuerza en las cosas en establecimientos de hostelería y comercios de la franja de Ribadeo a Burela, donde, según la información oficial, llegó a sustraer recaudaciones de máquinas de tabaco, recreativas y cajas de caudales, así como material electrónico (móviles, tablets, ordenadores, impresoras, etcétera).

La Guardia Civil señala en su nota que «a raíz de estos hechos delictivos se procedió a realizar un minucioso estudio de los hechos denunciados, resultando que en gran parte de los casos era coincidente el «modus operandi» que el supuesto autor empleaba, lo que permitió cercar el círculo de investigación sobre varias personas que se ajustaban al mismo».

En lenguaje llano, en la mayor parte de los robos, era mayor el valor de los daños que el botín conseguido. En el taller de Forxán, aparte de levantar la chapa y romper el cristal con un extintor, tiró hasta la estantería dejando todo revuelto. Y en Ribadeo, al parecer, niega haber llegado con su actividad. Lo que le salió más rentable fue el de R.

Sobre las razones que pudieron inducirlo a cometer tanto robos, parece que el sujeto explicó que necesitaba dinero, que era por necesidad económica.