Faros y sirenas

PABLO MOSQUERA, MÉDICO Y ESCRITOR OPINIÓN

A MARIÑA

17 ago 2015 . Actualizado a las 13:10 h.

En el 2009 y a raíz de discrepancias con el presidente de Feve cuando decide que el Transcantábrico no se detenga en Viveiro, escribo Senderos para el viajero que contempla entre rutas «Los Vigías del Norte». Muestra, a la costa de la antigua provincia de Mondoñedo, como un ofertorio de lugares para extasiarse con paisajes cargados de magia en los que las señales marítimas son catedrales para la memoria de nuestro patrimonio marítimo.

Dentro de los bienes materiales e inmateriales de la Galicia que limita al norte con Inglaterra, mar por medio, los faros no son sólo señales marítimas indispensables para la navegación del siglo XIX y parte del XX, son lugares y construcciones cargados de historia, simbología y costumbrismo. Fachadas marítimas, patrimonio de la humanidad, cuya presencia, desde tierra o la mar, guían y conmueven.

Si añadimos la capacidad del pueblo gallego para relatar fábulas dónde mouras, trasgos, sirenas y musas protegen tesoros imperceptibles capaces de inspirar presagios de ausencias, tenemos lo necesario para declarar que esos lugares, donde asientan los faros con linternas para orientar el rumbo de buques y tripulaciones, son rincones entre mar y cielo para ser atemporalmente como petos de ánimas de los pueblos marineros.

Isla Pancha; Punta Atalaia; Roncadoira; Coelleira; Estaca de Bares y Ortegal. El más antiguo en 1850, diseñado sobre la meseta de Ventureiro por Félix Uhagon y el ingeniero Celedonio de Uribe. Cerca, escuchando los maitines del monasterio de San Miguel de Quonicularia, el faro de 1864 de las rías de Viveiro y Barqueiro. La misma fecha en la que se construye el faro de islas San Cyprianus, muy condicionado por el Puerto de las Reales Fábricas de Sargadelos, diseñado por Sánchez Movellán, mismo ingeniero que hace el proyecto del anterior y que en 1859 proyecta el faro de la Ría de Ribadeo. Diferentes, la torre innominada que se levanta en 1974, desde donde se divisan Os Netos y Ansarón o dónde se quiso construir una central nuclear para la planta de aluminio de Galicia, y la torre de Ortegal de 1984, mirando a los Aguillóns y a esa mole inmensa de la sierra de A Capelada.

Larga vida a nuestros Faros -Fachos-.