Nicolás ofreció su ayuda para sustituir el parque móvil de la policía de Ribadeo

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

El inspector jefe acudió con un viejo ZX a recibir a los cuatro vehículos de alta gama

06 feb 2016 . Actualizado a las 10:44 h.

Francisco Nicolás Gómez Iglesias, el pequeño Nicolás, se presentó el 13 de agosto del 2014 en el restaurante San Miguel de Ribadeo con una comitiva que formaban cuatro vehículos de alta gama que había alquilado en Madrid; un BMW, un A6, un A8 y un C5. Todo un despliegue de medios que se justificaba por la anunciada visita de un miembro de la Casa Real (hipotéticamente Felipe VI) y cuyo objetivo último era convencer a la víctima de la supuesta estafa, un empresario asturiano, de que el pequeño Nicolás era quien realmente decía ser, un enlace entre el gobierno y la Casa Real. Al muelle de Ribadeo llegaron escoltados por la policía municipal, tal y como había solicitado el pequeño Nicolás. Con lo que probablemente no contaba era con que el coche policial fuese un viejo Citroën ZX, de más de veinte años de antigüedad, que conducía el inspector jefe. Así las cosas, no dudó en ofrecer su apoyo e influencias para mediar para que se sustituyese el parque móvil de la policía de Ribadeo.

Todo un ejemplo del descaro con el que se movía el joven, que consta en las declaraciones que hizo el jefe de la policía municipal de Ribadeo ante la Comisión Judicial que desplazó a Ribadeo y que instruyó la causa por la supuesta estafa que se intentó perpetrar en Ribadeo.

Las gestiones previas

Según explicó, dos días antes de la comida en Ribadeo la pareja de guardia de la policía recibió una llamada de alguien que se identificó como representante de Presidencia del Gobierno y de la Casa Real, pidiendo la colaboración del cuerpo. Se lo comunicaron al alcalde, el nacionalista Fernando Suárez. Ese mismo día volvieron a llamar, cogiendo directamente el inspector jefe. Alguien que se identificó como enlace comercial entre Presidencia y la Casa Real le solicitó discreción, porque era un tema de seguridad. Al día siguiente volvieron a hablar y ya se identificó como Francisco Nicolás Gómez Iglesias y se interesó por una posible reserva de plazas de aparcamiento en el puerto. Como el inspector jefe le dijo que no era competencia suya, el pequeño Nicolás le indicó que no se preocupara, que ya lo gestionaría él.

El miércoles 13, unas tres horas antes de la comida, recibió una llamada de Francisco Nicolás, que dijo pasarle con su jefe de seguridad, el cabo de la policía municipal de Madrid, Jorge González. Entonces, el inspector jefe le habló del interés del alcalde por saludarlo por cortesía. De todo ello el inspector jefe informó al comandante de la Guardia Civil de Ribadeo, que le aclaró que ellos no tenían constancia de esa visita. Al comentárselo después al jefe de seguridad de Francisco Nicolás le explicó que era normal, ya que ellos se movían con un equipo de seguridad propio.

El inspector jefe acudió a recibir a la comitiva del pequeño Nicolás a la rotonda de Dompiñor con un Citroën ZX y con dos agentes más en sus respectivas motos. Allí se encontraron con los cuatro vehículos de alta gama, con rotativos policiales activados, tanto acústicos como luminosos.

Los escoltaron hasta el restaurante San Miguel y el inspector reconoce en su declaración que en ningún momento dudó de que la comitiva no fuera un servicio oficial, ya que tanto por la forma de actuar como por la apariencia de los mismos parecían un servicio de seguridad profesional.

Llegados al restaurante los escoltas se colocaron cubriendo los accesos, simulando funciones de seguridad, hasta el punto de que al bajarse del coche junto al alcalde uno de los escoltas los acompañó al restaurante donde ya estaba comiendo el pequeño Nicolás con el empresario asturiano.

Lo que estuviera en su mano

Tras el breve encuentro, cuando el alcalde y el inspector se iban Francisco Nicolás ofreció a este último «lo que estuviera en su mano» para cambiar los vehículos de la policía de Ribadeo, comprometiéndose a ponerse en contacto con Fernando Suárez para informarle de las gestiones que realizase; todo un alarde más de supuestos contactos que tenía en el gobierno para embaucar al empresario astur.

A Fernando Suárez le trasladó que el Gobierno de España estaba muy interesado en la promoción turística

Al alcalde de Ribadeo, Fernando Suárez, no le extrañó que pudiera acudir alguien vinculado con la Casa Real a la villa, dada su proyección turística, pero sí que no se identificara de qué persona se trataba. En todo caso, decidió ir a saludarlo y le pidió al jefe de la policía local que hiciese las gestiones al respecto. Finalmente, acudió al restaurante. Y fue al entrar cuando el alcalde se enteró de quién se trataba, al preguntárselo a uno de los escoltas, que le contestó: Francisco Nicolás Gómez Iglesias, enlace entre el Gobierno y la Casa Real.

Cinco minutos de reunión

El pequeño Nicolás tuvo un trato muy correcto con el regidor, según la declaración de este último, e incluso le invitó a comer con ellos. Fue un encuentro breve, de entre 5 y 10 minutos, en el que el supuesto embaucador tuvo oportunidad de lucirse una vez más ante el empresario asturiano, diciéndole al alcalde de Ribadeo que el gobierno de España estaba muy interesado en promocionar el turismo en todo el país.

Fernando Suárez estima que los policías municipales estuvieron tres horas acompañando el dispositivo de seguridad de Francisco Nicolás.

El inspector jefe, por su parte, manifestó que la escolta de la policía no afectó al servicio ordinario del cuerpo, porque estaba cubierto al ser un miércoles, día de mercado, por lo que no fue preciso designar ni nombrar un servicio especial de funcionarios y no se perjudicó a otros servicios públicos.

«Señora vicepresidenta; dígame»

Uno de los aspectos más comentados tras la visita del pequeño Nicolás a Ribadeo fue que cuando se encontraba con el empresario asturiano, con el alcalde y con el inspector jefe de la policía local, un escolta se le acercó y le pasó el teléfono, diciendo él: «Señora vicepresidenta, dígame». Este hecho es confirmado por los testigos en sus declaraciones. El pequeño Nicolás se retiró unos minutos a hablar por teléfono. Según la investigación, se trataba de un ardid más para impresionar al empresario.