Emigrantes de A Mariña cavaron y explotaron el gran humedal de Cuba, la Ciénaga de Zapata

MARTÍN FERNÁNDEZ

A MARIÑA

13 jun 2016 . Actualizado a las 11:13 h.

La Ciénaga de Zapata es el mayor humedal de Cuba. Un ecosistema pantanoso de 300.000 hectáreas que hoy es Parque Nacional, reserva de la biosfera y uno de los principales atractivos turísticos de la isla.

En la memoria de las gentes de ese entorno perviven, con aura de mitos, nombres de emigrantes gallegos como los hermanos Moa, de Viveiro; Rivera Cociña, de Galdo; Apolinar Insua, de Abadín, y otros. Los lugareños explican a los asombrados turistas que fueron ellos quienes cavaron las zanjas marítimas que se adentran en la Ciénaga y permiten viajar por ella, y los primeros en explotar sus recursos de madera y carbón.

La Ciénaga tiene bosques, manglares y una rica fauna con diversas especies de mamíferos, reptiles, aves y mil tipos de insectos? Se sitúa en el Golfo de Batabanó por cuyas Bahia de Cochinos y Playa Girón los americanos intentaron invadir Cuba en 1961 y sufrieron su primera gran derrota en América Latina.

Los Moa, de Viveiro

La conquista de ese territorio, los kilómetros de canales y el sistema de producción del carbón fue un claro ejemplo de la épica emigrante.

Los primeros en explotarlo fueron los hermanos Moa, de Viveiro, hijos de Plácido y Valentina. Sinesio nació en 1892 y Ciro en 1897. Los dos llegaron a Cuba en el vapor francés La Navarre en 1911, tal vez con algún dinero pues en 1918 poseían ya el hotel Dos Hermanos, en Surgidero de Batabanó, provincia de La Habana.

Junto a otros gallegos, los Moa abrieron la Zanja Maestra o canal central de navegación. La obra _una de las importantes de la ingeniería hidraúlica de Cuba_ consistió en desbrozar el pantano y el monte, y abrir _a mano, a pico y pala_ los canales que lo conectan con el mar. Luego se hicieron con fincas para talar madera y fabricar carbón.

Trabajo muy duro

El trabajo era duro pues operaban bajo una espesa y salvaje maleza de mosquitos, iguanas, cocodrilos. Trabajaban desnudos, con el agua al pecho y sin zapatos. Protegidos del sol con un sombrero, extraían del suelo la que palpaban con los pies, la cargaban en una chalupa, abrían camino con machetes e instalaban un horno.

La operación duraba entre seis y diez días. Despues, envasaban el carbón en sacos y lo distribuían en ciudades. La minoría de los carboneros tenían fincas propias, los más eran jornaleros. Pero todos llevaban una vida áspera, difícil, sin salud?

Desde su hotel, los Moa crearon una red para hospedar y contratar operarios para sus propiedades. Disponían de 200 caballerías y de los vapores Joaquín Valdez, El Gallito y La Oliva de Moa para esas tareas...

En 1920, tenían operativa una ruda nave con techo de guano y pared de tabla de palma con salas de cocina y comedor para 50 comensales, dormitorio con 30 camas y carpintería de ribera. En la parte trasera, estaban los corrales para el ganado, base del trabajo y la alimentación.

martinfvizoso@gmail.com

Quienes primero explotaron estos pantanos, de 300.000 hectáreas, fueron los hermanos Moa,

de Viveiro