Ya sé a quién votar

Alberto García, empresario DESDE UNA VENTANA DE MI ORDENADOR

A MARIÑA

23 jun 2016 . Actualizado a las 14:58 h.

Pues sí, esta vez lo tengo clarísimo. Después un profundo análisis de las propuestas, de leerme los programas con detalle, de escuchar a los candidatos, de asistir a mítines de las coaliciones locales y no perderme ninguna tertulia política, he llegado a la conclusión de que tengo que votar al candidato que me proponga lo siguiente:

-Votaré a quien baje los impuestos, pero no un cero coma no se qué, el que diga claramente el importe que repercutirá a cada uno, porque con tanta chorrada de porcentajes, nadie te dice que esa rebaja supone en tu bolsillo 40 ó 50 céntimos al mes.

-Votaré a quien no salga en la televisión o en un mitin hablando de lo mal que lo han hecho otros, o de lo mal que lo van a hacer si los dejan gobernar. Es muy pesado y sinceramente no nos importa nada. Queremos propuestas concretas y las fórmulas para llevarlas a cabo. Y que lo firmen en la notaría.

P-Votaré a quien reduzca el peso de la masa política nacional. No en kilos, que también, sino en número de políticos por habitante. ¿Qué hacen 300 tíos y tías en el Congreso?.

-Votaré a quien obligue a devolver el dinero a los que nos lo han robado a todos, y les condene a trabajar de por vida en favor de la sociedad.

-Votaré a quien se dé cuenta de una vez por todas, que para crear empleo lo que hay que hacer es reducir las cargas sociales a las empresas. Si la Seguridad Social de un trabajador cuesta 250 € en vez de 500, seguramente tendrás dos trabajadores, la caja de la Seguridad Social crecerá y ese nuevo trabajador podrá disponer de capital para re-inyectar en su entorno. ¿Corcho, no es tan difícil de entender no?.

-Votaré a quién se comprometa a que los tratamientos médicos sean un derecho para todos, en igualdad de condiciones y de servicio, porque para eso pagamos mucho. No es de recibo que para recibir un mejor diagnóstico, un tratamiento novedoso o un trato más cercano, tenga que pagar en la privada, por la tarde, al médico que por la mañana me atiende en la pública. Sé que a alguno no les parecerá bien esta apreciación, pero también sé que reconocerán que es cierta.

-Y, por último, votaré a quien no entienda la política como un estatus social, sino como una labor de gestión, al igual que sucede en el consejo de dirección de una empresa. Si la empresa que hemos puesto en sus manos, con un capital, unos recursos y una deuda, sale adelante, usted se merece seguir, pero si la cosa va a peor y no es capaz de buscar fórmulas que reviertan esa tendencia, usted y su equipo de gestión se tienen que ir. No hay otra forma de verlo.

-En fin dicho lo dicho, creo que podría votar a todos los candidatos, porque todos nos mienten vilmente y se comprometen a todo esto y algo más, a sabiendas de no tener intención de llevarlo a cabo. Total, ¿alguien se acordará después de ver el fútbol el fin de semana?