Dos hermanas de Valadouro y una cuñada de Bóveda organizaron las fiestas de 1923

MARTÍN FERNÁNDEZ

A MARIÑA

La noticia fue recogida por la prensa emigrante pues en los años 20 del pasado siglo O Valadouro tenía peso poblacional, económico y social en Cuba

11 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En 1923 las fiestas do Oito de O Valadouro fueron organizadas por tres mujeres: las hermanas Nivarda y Granada Pérez Salvatierra y Enriqueta Alvarez Gallego, hermana de Amalia, la esposa del mártir gallego Alexandre Bóveda fusilado en 1936 en A Caeira (Pontevedra) por militares franquistas. En la larga lucha de las mujeres por la igualdad, el hecho supuso, sin duda, un pequeño hito en aquella sociedad cerrada, clasista, masculina y clerical.

La noticia fue recogida por la prensa emigrante pues en los años 20 del pasado siglo O Valadouro tenía peso poblacional, económico y social en Cuba y los emigrantes aportaban dinero para las fiestas como forma de colaboración y morriña pero también, y sobre todo, de reconocimiento social y de triunfo.

Los Pérez Salvatierra eran ocho hermanos implicados y comprometidos con su tierra y con origen familiar en una casa de Vilaúde (Alfoz) próxima a la de sus primos Pérez-Mel. De los hombres, Pedro fue alcalde de Ferreira en 1925; Paco y Máximo, dentista y contratista de obras, respectivamente, y fundadores en 1927 del equipo de fútbol local; e Isaac tuvo un taxi en la villa.

Madre de Manuel Lourenzo

Entre las hermanas, Pura se casó en Ribadeo con el médico Xusto Moreda, hijo del segundo matrimonio del tabaquero Pedro Moreda Debén con la devesana Amadora Díaz Rañón; Carmen es la madre del dramaturgo Manuel Lourenzo; Nivarda, la abuela de los Pisón; y Granada tuvo un hijo, Gerardo, que fue en Barcelona la mano derecha del doctor Barraquer. Estas dos últimas constituyeron la comisión de fiestas del año 1923 junto a la que la revista Vida Gallega denominó erróneamente Enriqueta Limeses cuando, en realidad, se llamaba Enriqueta Alvarez Gallego.

Tío notario en Mondoñedo

Esta mujer era una de los once hijos de Enrique Álvarez Limeses _pontevedrés, abogado, escritor, creador del Partido Galeguista_ y de Dolores Gallego Martínez, y hermana, por tanto, de Amalia Álvarez Gallego, esposa del infortunado Alexandre Bóveda.

El error de atribuirle el apellido Limeses deriva de que su abuelo, Emilio Álvarez Giménez, llegó a Pontevedra desde El Bierzo _fue catedrático, vicepresidente de la Diputación, académico_ y se casó con la pontevedresa Amalia Limeses Iglesias, un apellido tan enraizado en la ciudad que dio nombre a la familia. Enriqueta Álvarez Gallego _que se casó con Justo López Blanco_ no era, pues, de O Valadouro, sino de Pontevedra, aunque siempre mantuvo mucha relación con el valle a través de los Pérez Salvatierra. La relación de amistad venía motivada porque su tío Gerardo Álvarez Giménez era notario en Mondoñedo y Enriqueta pasaba largas temporadas con él.

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Un pintor y el palio, los primates y la gente «bien»

Las fiestas de O Valadouro tuvieron presencia y dependencia de los emigrantes, sobre todo a partir de 1918 cuando Andrés Canoura _uno de los fundadores del Centro Gallego de La Habana_ y Ladislao Santo (o Souto) formaron la comisión organizadora. Ese año el escritor y político Ramón Fernández Mato y su esposa, la valadouresa Josefa López, acudieron a Barcelona invitados por el sacerdote y poeta gallego, Rey Soto, que gozaba del éxito de su drama Amor que vence al amor. A su regreso a Ferreira vinieron acompañados por el pintor catalán Juan de Ardit que se alojó durante meses en su pazo para realizar los bocetos y decorados de sus nuevas obras Muros de oro y Monte abajo.

De Ardit tenía gran fama debido al éxito de una exposición suya en 1911 en el Casal de Catalunya en Buenos Aires, a ilustrar en la revista Suevia varios reportajes y, sobre todo, a elaborar el cartel del famoso jabón Heno de Pravia.

Al pintor debieron de placerle mucho las atractivas bellezas del valle y sus frondosos trigales porque Vida Gallega publicó ese año este suelto: “Juan de Ardit piensa que por mucho trigo no es mal año pero que él llegó hace tres meses a Ferreira para dibujar las decoraciones de Monte Abajo y, perdido entre los trigales, no les puso todavía la mano”.

Rañolas

El caso es que _por su implicación en O Valadouro y por pintar a uno de sus personajes más populares, Rañolas_ Canoura y Santo le pidieron al párroco que concediese al pintor el honor de portar una vara del palio que el día de la fiesta salía en procesión por las calles. La crónica de la revista la relató (literalmente) así: “En medio de la emoción del pueblo y conducido por los primates de la localidad, el palio se pone en marcha”. Entre los “primates” figuraban el propio Mato, De Ardit y otros notables de la villa que la revista describía como “un grupo de personas “bien” y otro grupo de señoritas también “bien” y bien risueñas”?. De Ardit murió ese mismo año en Barcelona.

Los emigrantes aportaron mil pesetas en 1920 para organizar las fiestas patronales de Ferreira

Los emigrantes de O Valadouro en Cuba constituyeron el 15 de octubre de 1907 la sociedad Hijos del Valle de Oro con un Consejo de Fundadores de diez socios: Valentín Nécega Rivas, Juan Ramón Álvarez, Ángel y José Mandiá Reigosa, José F. Vidal, Antonio Vila Ares, Constantino Romero Cortiñas, Manuel Díaz Lestegás, Generoso Díaz Villar y Francisco Moscoso Febrero.

Su primera directiva se formó en 1907 con Francisco Janeiro, presidente, José M. Otero, vicepresidente, José Mª Candia Nécega, secretario, Juan Ramón Álvarez, vicesecretario, Juan López, tesorero, Manuel Hermida, vicetesorero, y ocho vocales. Y como presidentes de honor fueron nombrados Candia Nécega y Andrés Canoura.

La sociedad pasó de los 10 fundadores a tener 204 socios familiares en 1928. Eso le otorgó gran fuerza y relieve en la y en la de <acolá>, como dice J.A. Durán. Y por eso, para colaborar y contribuir a engrandecer su pueblo pero también para exhibir su triunfo y éxito, aportaron 1.000 pesetas en 1920 para las fiestas de O Oito. Una cantidad importante si se tiene en cuenta que en julio de 1917 la sociedad, según su Memoria Social, aprobara 1.600 pesetas para dos escuelas en el valle.

Su aportación la hicieron a través de Juan Ramón Álvarez (Santo Tomé 1880) que fue secretario del Centro Gallego, fundador con Acevedo del periódico comarcal, El Valle de Oro, y propietario de una joyería en La Habana.

En 1922, las fiestas de O Oito tuvieron como presidente a Fernández Mato que aquel mismo año había estrenado en A Coruña su drama Heroica cobardía.