«54 euros, la mejor propina del verano»

ADRIÁN PÉREZ

A MARIÑA

La costumbre de la gratificación al camarero, a pesar de que ha bajado, no ha desaparecido

26 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La propina es una pequeño reconocimiento con el que el cliente premia la calidad del servicio y la atención prestada por los empleados de un establecimiento.

Durante los peores años de la crisis, la gente no solo bajó la frecuencia con la que comía fuera de casa y dejaba de mantener encuentros frente alguna consumición. Quizás, por el hecho de que los establecimientos recibían la visita de menos clientes o porque estos se privaban más en sus gastos, provocó un descenso en el volumen de las propinas recaudadas a final de mes. En ocasiones, sobre todo en temporada alta, la cantidad recaudada en propinas por los camareros era tan elevada que en ocasiones superaba, incluso, lo que percibían por sus salarios.

Después de este verano en el que ha aumentado el volumen de visitantes en A Mariña, los locales han experimentado un ligero aumento en las gratificaciones con respecto a temporadas anteriores. A pesar de este incremento, son muchos los que se quejan de que la situación no ha regresado al punto anterior. Desde el Parador de Ribadeo indican como uno de los motivos queha llevado a los clientes a “saltarse” esta costumbre es el hecho de que ahora muchos de los pagos se realizan con tarjeta, por lo que no hay un contacto directo con el dinero, lo que impide gratificar la atención y el servicio prestado”.

Desde el Restaurante O´Asador de Viveiro han señalado que, en su establecimiento, las propinas más altas las suelen dejar los clientes extranjeros, «sobre todo algún americano sí que te puede dejar veinte o treinta euros”. Más allá de las generalizaciones, ni todos los clientes extranjeros dejan propina, ni todos los españoles se saltan esta costumbre. Lo que sí es cierto es que en otros países no dejan en manos del cliente esta decisión. En Estados Unidos, podemos encontrar cómo algunos restaurantes nos indican en la cuenta el porcentaje que deberá ser abonado por el servicio. Otros como Reino Unido, cuando se mantiene un trato directo con un empleado, se fija en el total la cantidad que se gratificará su trabajo. Estas prácticas, tan asentadas en sus países de origen, hace que cuando nos visitan sientan una cierta «obligación» a dejar propina.

No todos los botes se llenan desde el extranjero, en el restaurante ribadense de A Cofradía de Rinlo han percibido un aumento en las gratificaciones durante el pasado mes de agosto, con respecto a años anteriores. Lo significativo de este restaurante es que sus clientes provienen, principalmente de España. Desde el establecimiento declaran que: “Tenemos gente de toda España y este agosto como media nos han dejado entre dos y tres euros por servicio. La más grande que recuerdo en este verano fueron cincuenta y cuatro euros”.

A medida que la gente vaya ganando en confianza y su gasto aumente, lo harán las gratificaciones del personal que les atiende. Los establecimientos consultados han indicado que los principales motivos que llevan a un cliente a dejar, o no, propina son la calidad del servicio y, sobre todo, la atención prestada.