«No me impresiona un cadáver, me impactan las situaciones de los vivos»

tania taboada LUGO / LA VOZ

A MARIÑA

OSCAR CELA

La subdirectora del Imelga en Lugo explica la labor diaria de un forense y aclara que su trabajo no solo está en los muertos

15 jun 2017 . Actualizado a las 11:31 h.

Licencia en Medicina y Cirugía y especialista en medicina legal y forense, Rosario Montes (Monterroso, 1964) es desde hace tres años la subdirectora del Imelga en Lugo. Su labor como forense empezó hace 23 años en Mondoñedo, donde estuvo casi diez años. Después, se trasladó a Vilalba, donde trabajó dos años. Desde el 2006, año de la creación del Instituto de Medicina Legal de Galicia, presta sus servicios en Lugo.

-Se cree que un forense solo trabaja con muertos, ¿en qué otras áreas trabajan?

-Nuestro trabajo va más allá. Se divide en dos áreas grandes: el de patología forense y el de clínica forense. Esta segunda se divide a su vez en dos áreas: valoración de daños y valoración psiquiátrica.

-¿En qué consiste la parte patológica?

-Es la relacionada con los fallecimientos, cadáveres judiciales, causas de muerte judicial, estudio de muertes violentas o sospechosas de criminalidad, las autopsias judiciales...

-¿Y la parte clínica?

-La parte clínica, que es muchísimo mayor, es donde vemos a los vivos. Aquí, valoramos lesiones, informes de incapacidad, de imputabilidad, internamientos, de agresión o sospecha sexual...

En cuanto a las dos áreas del servicio de clínica, tenemos la de valoración de daños y valoración psiquiátrica. También llevamos temas de sospecha de mal praxis médica.

-¿Donde cita a los pacientes?

-Lo habitual es que los reconocimientos se hagan en el juzgado aunque puntualmente podemos desplazarnos a un domicilio.

A un lucense lo vemos en el Juzgado de Lugo pero a una persona de un municipio de la provincia la vemos en la cabecera del Partido Judicial. En cada Juzgado hay un despacho para el forense y ahí hacemos los reconocimientos de las personas que viven en esa demarcación.

-Otra función importante es la del levantamiento de cadáveres, ¿Es clave esto?

- Aporta mucha información para perfilar el caso. Hacemos un examen externo del cadáver para ver si el reconocimiento es compatible con la información que nos están proporcionando. Medir la temperatura corporal de un fallecido y la temperatura de ambiente es clave para saber la data de la muerte.

-Tienen la fama de llegar tarde a los sitios...

-Es falso que el forense tarde en llegar a los sitios. Aquí en Lugo trabajamos con una orografía y distancias muy complicadas. Desde la capital a la costa lucense ya tenemos más de una hora de camino. A esto hay que sumarle que cuando se produce un fallecimiento no se avisa inmediatamente al forense. A veces se tarda una, dos o más de tres horas en avisar y a esto hay que sumarle el trayecto.

-También se critica que se centralice todo en Lugo...

-Descentralizar las autopsias retrasaría trabajo y sería de peor calidad. El servicio de patología funciona muy bien. Hacemos el levantamiento y lo traemos al HULA para hacer la autopsia. Tenemos un plazo máximo de 24 horas para entregar el cadáver.

La psiquiatría forense. Veo una parte muy humana de la vida.

Soy fría, me centro en mi trabajo como forense y después hablo con la familia.

Lo que más le impresiona

No me impresionan las lesiones, sino las situaciones de los vivos. Me impactan las situaciones humanas que se generan.

 «Cuando te quedas con el teléfono de guardia, te quedas con todas las consecuencias y con lo que te toque»

La provincia cuenta con ocho forenses que desde 2006 están centralizados en Lugo. El jefe de patología se encuentra en el HULA y los otros siete en el juzgado. Siempre hay dos forenses de guardia permanente y uno de disponibilidad.

-¿Cómo trabajan?

-Desde la capital nos desplazamos a los pueblos para servir las clínicas de los partidos judiciales periféricos. Todos los forenses llevan una parte del trabajo de Lugo y parte de su labor está en atender las clínicas de los juzgados periféricos. Generalmente se desplazan dos días a la semana a las clínicas de los pueblos.

-También cuentan con un equipo psicosocial que se doblará en breve, ¿es así?

-Sí. Además de los ocho forenses, también tenemos un equipo psicosocial. En este momento en Lugo hay uno pero en breve habrá otro. Está formado por una psicóloga y una trabajadora social. Estos profesionales, junto a los forenses, hacen valoraciones integrales. Por ejemplo, ante un caso de violencia de género, este equipo valora el ambiente de la persona, los apoyos que tiene, las valoraciones de procedimientos de familia donde se dirime la custodia de los menores, la valoración de las familias para ver la persona idónea para otorgar la custodia... Hacen un trabajo de campo muy amplio con esa familia.

-¿Cómo son sus guardias?

-Siempre hay un forense de guardia los 365 días del año y las 24 horas del día. No son presenciales sino localizadas. Todos tenemos el entrenamiento básico para hacer de todo pero a nivel de trabajo diario lo tenemos especializado y repartido. En el servicio de patología forense se encuentra el jefe de área. Es el que está en el hospital y hace las autopsias. Las hace en horario de mañana de lunes a viernes. El fin de semana las hace el que está de guardia. Los otros siete hacemos clínica y dentro de la clínica tenemos forenses especialistas en valoraciones de daño y otros en psiquiatría forense. Pero cuando te quedas con el teléfono de guardia, te quedas con todas las consecuencias y con lo que te toque.

-¿Y de lunes a viernes?

-Tenemos un horario laboral de mañanas, de lunes a viernes. El que está de guardia puede tener que salir. También hacemos actuaciones de guardia cuando nos llaman.