El Pastor Díaz sopló cien velas entre baile, música, canto coral y teatro

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Pepa Losada

Bágoas da Terra, la coral Alborada o el gaiteiro David Bellas mostraron su buen hacer sobre el escenario anoche

19 ene 2020 . Actualizado a las 12:44 h.

Casi nadie quiso faltar a la cita, y el Teatro Pastor Díaz de Viveiro conmemoró este sábado su centenario con un acto «pequeno, pero feito con moito mimo», como declaró la concejala de Cultura, Lara Fernández Noriega. Numerosos miembros de la actual corporación municipal y de las anteriores -asistió incluso el exalcalde César Aja, durante cuyo mandato el inmueble pasó a ser público-, así como representantes de la vida pública viveirense y ciudadanos de pie, disfrutaron de una velada en la que mostraron su buen hacer sobre las tablas los grupos de Bágoas da Terra, la coral Alborada o el gaiteiro David Bellas: habituales en los últimos años de un teatro que inaugurado tal día como ayer hace cien años por el industrial Nemesio Barreiro. «Esta é unha ágora na que se pode declamar sen necesidade dos aparatos que tedes hoxe en día», bromeó al inicio el historiador y actor Suso Martínez, que condujo de forma teatralizada el acto transformado en Nicomedes Pastor Díaz, cuya imagen preside el escenario con la de Rosalía de Castro.

Carteles de películas como «Dos hombres y un destino» o «El puente sobre el río Kwai»

Cien años dan para mucho, y la etapa cinematográfica del Teatro Pastor Díaz, que se prolongó durante muchas décadas, tuvo este sábado una gran presencia en el acto de su centenario. Carteles de películas emblemáticas que en su día se estrenaron o se proyectaron en él como Dos hombres y un destino, con Paul Newman, Robert Redford y Katharine Ross, de 1969; En tienda de locos, de los hermanos Marx, de 1941, o El puente sobre el río Kwai, de 1957, forman parte de la exposición ubicada en el vestíbulo en la que se repasa la interesante historia del edificio cultural.

En ella también se pueden observar diferentes programas de mano de obras de teatro representadas en este tiempo, como la curiosa «O galego, a mulata e o negro», de Gustavo Pernas Cora; así como varias de las lámparas originales del teatro, y otros elementos prestados por distintas personas.