Localizan 19 cañones hundidos en la ría de Ribadeo, en la ensenada de Arnao

La Voz

A MARIÑA

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Hay varias hipótesis y una de ellas sostiene que fueron tirados a propósito al mar para soltar lastre. Los buzos continúan su investigación

12 jun 2023 . Actualizado a las 14:03 h.

Este sábado comenzó una nueva intervención arqueológica para localizar y cartografiar la ubicación de unos cañones descubiertos ya en el año 2007 en la ría de Ribadeo, frente a Castropol. Inicialmente fueron 14, que se atribuyeron popularmente a dos fragatas, La Galga de Andalucía y La Galga del San Francisco, naufragadas en 1718, aunque ya se sabe que no es así. Otras fuentes elevaron posteriormente el número de cañones a 17, pero en la inspección realizada junto a la Armada en el 2019 solo constataron oficialmente la existencia de 9. Este fin de semana, entre el sábado y este domingo, vieron ya 19.

Esta intervención no intrusiva, en la que hasta el día 19 participarán el departamento científico del área norte de la Federación Española de Actividades Subacuáticas (Fedas), la Federación Española de Actividades Subacuáticas del Principado de Asturias (Faspa), y el Club de Vela Latina de Castropol, cuenta con el apoyo del Principado de Asturias, es un primer paso, en el que participan buzos de Asturias y Galicia, en el proyecto de crear un parque arqueológico subacuático en el Eo que sería visitable, por buzos con unos mínimos conocimientos, con bombonas de oxígeno, para descender a los fondos, a cinco o seis metros de profundidad, donde se encuentran los cañones.

Con unas condiciones de visibilidad propicias, los buzos comprobaron que el estado de conservación de los cañones es bueno, entre 14 y 19, pero se sospecha que podría haber más, en una extensión de unos 300 metros.

Esta fase es fundamental en el proyecto del parque arqueológico, de unos cañones sobre los que se han lanzado varias hipótesis. Una de ellas es que no pertenecen a ningún pecio hundido, sino que habrían sido tirados a propósito al mar, porque el barco estuviese en peligro y necesitase echar lastre para ganar maniobra y flotabilidad. El cañón de mayor tamaño pertenece al primer reglamento borbónico de artillería naval de 1728. Por lo tanto, es posterior al hundimiento de la Galga de Andalucía y del San Francisco. Además, es un cañón de 24 libras, que no se montaban en fragatas.

«Lo primero es hacer este estudio del yacimiento para hacer su planimetría y la del entorno. Y a partir de ahí es cuando sabremos si esta zona podría convertirse en un parque arqueológico o no, pero hay que ser prudentes. Este es el primer paso», manifestó Antón López, arqueólogo que dirige la intervención.