Sin duda, resulta chocante: por un canon de 40 euros al mes, usted tiene la oportunidad de gestionar la cafetería ya montada y con las mejores vistas de Foz, con sus ventanales que dan a la plaza Conde de Fontao, al puerto y la ría. Y resulta que nadie la quiere. El Concello de Foz ha tenido que sacar por segunda vez a licitación la gestión, después de que el único postor que se presentó en la primera convocatoria, renunciase.
Para explicar la falta de interés por esta oportunidad quizás haya que remitirse a la letra pequeña, a las condiciones que debe reunir el adjudicatario, como horarios (debe permanecer abierta permanentemente como mínimo de 9.00 a 21.00 horas). Pese a todo, extraña que la oferta no resulte atractiva, teniendo en cuenta que el canon mínimo que se pide es de 500 euros anuales. ¿Quién consigue por ese precio un establecimiento ya prácticamente montado y en una localidad tan turística como Foz? La convocatoria sigue abierta y se pueden consultar las bases en la sede electrónica del Concello.
A unos metros se encuentra el bar A Ribeira, que también está totalmente montado. Se vende, con todo el edificio (una vivienda dúplex), por 250.000 euros. Es una inversión importante, sin duda, no apta para cualquiera, pero de golpe garantiza patrimonio, una vivienda y un empleo. Podría ser una oportunidad para familias con experiencia (o no) en hostelería. El caso es que la opción está ahí desde hace dos años sin que, aparentemente, despierte mayor interés.
Lo sencillo sería decir que no hay ganas de trabajar, ni mucho menos de emprender. Pero eso sería quedarse en la superficie, sin profundizar en los verdaderos motivos que están transformando la sociedad, cuando se infravalora y desprecia el esfuerzo, el mérito y el verdadero talento y se vanagloria y encumbra a los altares la más absoluta mediocridad y zafiedad, que, cada vez más, por todos lados apabulla.