Solo hay un lugar en el mundo donde centenares de caballos bajen al trote por la plaza de la catedral en Mondoñedo

y. garcia MONDOÑEDO \ LA VOZ

MONDOÑEDO

Pepa Losada

Es un espectáculo sin igual el paso de los equinos ante la catedral y la estatua de Cunqueiro hasta la feria

19 oct 2023 . Actualizado a las 11:55 h.

Al menos aunque fuese solo una vez en la vida, merece la pena ser testigo de la bajada de los caballos que dejaron en esta semana de As San Lucas su hábitat natural, el monte y los prados, por un ambiente más bullicioso y un tanto extraño como es el del casco urbano de Mondoñedo. Todos los años por estas fechas, en la víspera del día grande de las ferias y fiestas más antiguas de Galicia, pasan en un suspiro entre un público que no deja de captar su gallardía, móvil en una mano y paraguas en la otra si llueve. Quieren inmortalizar un momento único en el que podemos sugerir, por un instante, que la catedral se «arrodilla» ante un bello animal que tiene su reinado en estas tierras. Es todo un símbolo que va en su ADN.

El martes, 17 de octubre, más de medio millar de reses equinas llevaban tiempo «preparadas» para la bajada, con tres grupos principales que mantienen la tradición. Moisés García, Javier Ares y Tania Pérez, al frente de cada uno de ellos, coordinados para que todo salga de libro. Es un momento con su grado de dificultad añadido, pues no hay que olvidar que tienen que conducir a un buen número de caballos salvajes por calles y plazas, con gente agolpada a su alrededor, hasta la feria. Desde 2016 ha ganado en popularidad por parte del público.

«Levo comigo ao meu fillo Íker, de 10 anos, que é o máis novo da baixada e Sofía, de 4, xa quere vir» (Moisés García, su grupo baja casi 400 caballos)

Moisés García señala que su grupo está formado por casi 400 ejemplares, aunque lo que más llama la atención no es solo la cantidad, sino también la compañía que tiene en este viaje tan particular del monte a la ciudad, el de su hijo Íker, con 10 años. «Levamos participando toda a vida, xa con meu pai Luciano. Aos cabalos hai que controlalos. Hai algún punto, como na entrada para a catedral, onde a xente máis se arrima; quere sacar fotos. Hai que ter en conta que pasan moitos animais». Su hijo es el más joven pero a la vez es una excepción porque en esta labor la cantera no abunda, precisamente. Casi toda la familia participa, así como amigos: «Somos sobre 50 persoas». Moisés García recuerda un año en que «chegamos retrasados cos cabalos e xa anoitecera. Daquela chegou a caer o balaustre do peche da catedral».

«Xuntamos os cabalos para baixar á maneira tradicional, igual que facían antigamente os nosos avós» (Javier Ares, su grupo baja unos 150 caballos)

Javier Ares señala desde Abadín que bajan en su grupo unas 150 cabezas de ganado equino: «Son eguas nosas e dun primo meu, Pablo». Recuerda que ya desde que tenía 12 años de edad «baixaba con meu pai». «Para nós son días moi bonitos pero conlevan moito traballo por detrás, e iso que nin eu nin meu irmán nos dedicamos a isto. Eu estou de camioneiro e el nos eólicos. Facémolo porque nos gusta e vivímolo. As das San Lucas son datas moi bonitas, tradicións que gusta conservar». Para la bajada del martes 17 ya comenzaron los preparativos el pasado viernes, llevando primero los animales elegidos (tienen en cuenta su estado de salud y edad) a un cierre particular, próximo a la autovía: «Había néboa e o sábado non se vía nada, nin a dez metros». Esa parte, considera, es la «máis perigosa, xuntar as eguas no monte cando cadran días con néboa e na nosa zona, dos 365 días do ano haina 300». El último tramo es de 12 kilómetros: «Xuntámolos á maneira tradicional, igual que facían antiguamente os avós. Temos cabalos de montura ensinados para ir detrás delas e levalas para o cierre. Xa abaixo, según van entrando, nos metemos contra o público por se escapa algunha ou se pon moi nerviosa». En su grupo, lamenta, «non hai xente que veña detrás con esta tradición, que lle guste».

Una amazona en la tradición

Tania Pérez ha seguido con la suya por vía familiar, a través de su padre Sergio. Ya desde niña. «Os días antes da baixada son de bastante traballo porque os animais están en liberdade nos montes e cada macho ten a súa manada. Os días antes hai que ir escollendo os que están mellores e é bastante traxecto, dende Campo do Oso», señala. Una vez en el centro de Mondoñedo, explica, «intentamos manexalos da mellor forma posible, pero si que lles recomendamos a todos aqueles que van ver a baixada, que canto menos se arrimen aos cabalos, mellor. Hai que ter en conta que todo é novo para estes animais».

«Tanto ese día como os previos son de bastante traballo, porque son animais en liberdade nos montes» (Tania Pérez, su grupo baja en torno a 60 caballos)

Son alrededor de 60 caballos los que forman parte del grupo de Tania Pérez, advirtiendo que «tivemos moitas baixas por culpa do lobo, nun ano tranquilamente 15 ou máis e cada día é peor porque se meten máis cara as zonas poboadas». Destaca a otras mujeres que también se están incorporando a este sector y que es una apasionada de este mundo, donde asegura que no encontró «dificultades, porque xa nacín no medio» y conoce de siempre el oficio ganadero. As San Lucas «son bastante especiais. Son unhas festas moi bonitas onde podes disfrutar un pouco de todo», finaliza.

PEPA LOSADA

La llegada de los caballos, a partir de las seis de la tarde, y con pantalla gigante que la retransmite

Recuerda la comisión organizadora de As San Lucas, que preside Miguel Paz, en su programa festivo una cita de Cunqueiro: «A egua nai montada por un xinete, e detrás os poldros fillos do vento coas greas ao ar». Es una imagen muy asociada a As San Lucas, que se repite en la espectacular bajada, este martes a partir de las 18.00 horas siguiendo la tradición de 1156. Además la información del evento será retransmitida en una pantalla gigante situada en la Praza da Catedral. El paso por este mismo punto será sobre las 18.45 horas y los lugares preferentes para disfrutar del espectáculo son, según la organización: Os Muíños, Rúa San Roque, Fonte Vella, Praza da Catedral y delante del auditorio Pascual Veiga, ya alcanzo su destino que es el Campo da Feira.