«Lo que podría ser una gran alegría se queda en una gran pesadumbre», resumió el entrenador del Obradoiro
03 mar 2024 . Actualizado a las 17:03 h.El Monbus Obradoiro se fue al parón de la Copa y las ventanas FIBA con el desasosiego de ver como se le acumulaban las derrotas en partidos en los que el equipo estaba cerca del rival, pero siempre le acababa faltando algo. Regresó con las incorporaciones de Strelnieks y Timma, que debutaron en Fontajau. Se repitió la historia, pero con un guion más despiadado, en el último segundo, en un ataque local atropellado de los anfitriones que le dio la vuelta al marcador.
El equipo encajó la adversidad con dolor, tal y como apuntaba el técnico al ser preguntado, tras la contienda, acerca de cómo estaba el vestuario: «En silencio, estaban alicaídos, fastidiados, como no puede ser de otra forma cuando haces un gran esfuerzo, parece que lo tienes, dos rebotes te acaban saliendo en este caso cruz, en lugar de cara, y lo que podría haber sido una gran alegría pues se queda en eso, una gran pesadumbre»
Moncho Fernández resumió el partido en una palabra: «Altibajos». Se sucedieron los cambios de dinámica, después de un buen arranque santiagués: «Empezamos francamente bien. Creo que el segundo cuarto también, avanzamos muy bien hasta la primera parte del segundo cuarto». Y ahí se torcieron las cosas: «Los últimos seis ataques no metemos canasta y, una ventaja que era cómoda, pues quedó reducida».
La reacción local continúo tras el descanso: «Creo que en el tercer cuarto el buen hacer ofensivo, algunas canastas de mucho mérito del Girona, y alguna pérdida por nuestra parte nos dañó, y eso hizo que el partido se igualara».
Y en ese punto echó mano de la metáfora del ciclismo que tantas veces utiliza: «El que cogiera la escapada buena iba a ganar. Parecía que iba a ser el Girona, pero creo que tuvimos el buen hacer y los arrestos para volver al partido, ponernos por delante, y perder en la foto finish, porque hemos perdido en la foto finish, si siguiéramos con esa metáfora».