El Obradoiro pagó una pésima primera parte en Murcia (94-81)

ANDAR MIUDIÑO

Pascu Mendez

Mejoró tras el descanso, pero los locales siempre tuvieron el partido bajo control

16 mar 2024 . Actualizado a las 20:29 h.

El Monbus Obradoiro encajó en Murcia su décima derrota consecutiva, 94-81, en un partido que se le fue de las manos en la primera parte. Fueron veinte minutos de total dominio local. Tras el intermedio se igualaron las fuerzas, pero la desventaja era mucha y el conjunto de Sito Alonso no llegó a ver que peligrase el resultado.

El Murcia se encuentra actualmente dos o tres peldaños por encima del Obradoiro. Ha dado con la manera de mezclar física y química, todos los jugadores están muy enchufados y no es casualidad que pelee por ser cabeza de serie en los play off. Esa es la versión que se vio en el Palacio de los Deportes desde el minuto uno ante un rival que no encontró respuestas, al menos hasta el descanso.

El partido ya empezó mal para las huestes de Moncho Fernández. Los locales, con una gran circulación de balón, arrancaron con un 8-0 en un visto y no visto, fruto de un par de triples y una canasta doble.

El Obra aguantó ese primer arreón pimentonero, pero sin encontrar fluidez en ataque. Llegó acercarse a dos, si bien no podía con un rival que sabía buscar sus ventajas, sobre todo con Rodions Kurucs haciendo mucho daño en el poste bajo, tanto a Thomas Scrubb como a Timma.

La diferencia en el primer cuarto se fue a los siete puntos porque el Murcia dejó de anotar en la larga distancia y perdió cuatro balones. Deberían haber sido solo cinco de diferencia, pero Timma perdió un balón a falta de cinco segundos. Y Rodions Kurucs pudo anotar sobre la bocina un envío que nunca le debería haber llegado.

En el segundo cuarto, lejos de mejorar el panorama para los santiagueses, arreció el temporal. Caupain, que ya había rayado a un gran nivel en Sar, se hizo con los mandos del partido. Pudo con Strelnieks y con Kovliar y las diferencias siguieron ensanchándose. El Obra solo encontraba puntos en la pintura, sobre todo a través de Pustovyi. Y con eso, evidentemente, no le bastaba. Nadie más salía al rescate. El marcador al descanso resultaba elocuente: 47-30. Y eran peores las sensaciones, porque el partido estaba siendo dominado de cabo a rabo por los locales. El Obra, ni atornillaba atrás ni encontraba fluidez delante. Todo lo contrario que el Murcia.

No había transcurrido ni medio minuto tras la reanudación y Moncho Fernández tuvo que pedir tiempo muerto, tras un parcial 5-0, porque aquello amenazaba con acabar en naufragio.

Y ahí sacó el Obradoiro una de sus señas de identidad, la de no dejarse llevar por más que todo lo esté saliendo al revés. Recurrió a una defensa en zona que, cuando menos, le valió para cambiar el ritmo de la contienda.

Por fin llegaban los puntos desde el perímetro, a través de Howard y Mendoza. El partido entró en una fase de intercambio de canastas y entró en el último cuarto con un 70-53.

Ese capítulo final empezó con dos triples visitantes seguidos, y un regalo de Kovliar, cuando conducía el ataque y paró por pensar que le habían pitado pasos a Scrubb.

El Obradoiro llegó a acercarse a once, pero no pasó de ahí. El Murcia cerró filas atrás, no le importó cargarse más de personales con tal de no dejar que el rival cogiese ritmo. Y si alguna mínima opción podían tener los santiagueses, después de que Scrubb pusiese el 81-69, Radebaugh se encargó de neutralizarla con dos triples en los dos siguientes ataques de su equipo.

Ficha técnica

Murcia 94: Radebaugh (16), Ennis (12), Sant-Ross (3), Sleva (4) y Todorovic (7) -cinco inicial-. R. Kurucs (12), Caupain (10), Radovic (11), Diagné (14) y A. Kurucs (5).

Obradoiro 81: Kovliar (6), Mendoza (12), Scrubb (8), Timma (7) y Pustovyi (19) -cinco inicial-. Howard (21), Strelnieks, Blazevic (6), Guerrero (2) y Álex Suárez.

Árbitros: Fernando Calatrava, Francisco Araña y Rubén Sánchez Mohedas.

Incidencias: Palacio de los Deportes de Murcia.