Jaume Ponsarnau: «El proyecto del Obradoiro es de los más fascinantes a lo largo de estos años»

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

El entrenador del Bilbao apunta que esta campaña el equipo santiagués trata de jugar un baloncesto más directo

17 abr 2024 . Actualizado a las 20:46 h.

Jaume Ponsarnau (Lleida, 1971) cumple su segunda temporada en el Bilbao Basket y ya le empieza a dar vueltas a la próxima. Antes pasó por el Zaragoza, el Valencia, el Gipuzkoa Basket y seis campañas en el Manresa. En mayo de 2012 Moncho Fernández decía en un encuentro digital que le gustaría ser el Jaume Ponsarnau del Obradoiro.

—Se va a enfrentar a un colega que lo tiene como referente.

—Me ha superado con creces. Lo que está consiguiendo, tanto tiempo en un club de su ciudad, es increíble. Y muy excepcional en este mundo profesional. Por autenticidad y buen trabajo de él y de su staff. La suerte y la mala suerte están ahí, siempre hay temporadas que se ponen muy difíciles, como esta. Ha tenido dificultades, quizás no tantas como ahora, y ahí está. El proyecto del Obra es de los más fascinantes a lo largo de estos años.

—Siguiendo con Moncho Fernández. ¿Cuáles diría que son los rasgos más acusados de su baloncesto?

—El primero, la autenticidad. Es un entrenador muy auténtico, vive el baloncesto de forma muy auténtica y personal. Sus equipos son muy tácticos, no tanto esta temporada. De los más tácticos contra los que tienes jugar, en ataque y defensa. Claramente, es un entrenador que trabaja muchísimo sus equipos. Los jugadores que entran bien en esa dinámica salen enriquecidos. Son muchos para los cuales el paso por el Obradoiro ha sido trascendental en sus carreras.

—¿Y la radiografía del equipo que se espera encontrar el domingo?

—Es un Obradoiro, en cuanto a baloncesto, en esencia un poquito más de cortes modernos, de intentar jugar un poquito más directo, que se ha encontrado con una dificultad muy importante, la de ir recomponiéndose a partir de las lesiones, con cambios de jugadores, cambios de roles... Es un Obra que ha tenido que refundarse muchas veces, y siempre busca nuevas fórmulas para ser competitivo.

—Todo lo que es inquietud en Sar es tranquilidad en Miribilla. ¿Cuál es la clave de un curso sin sobresaltos?

—En verano pudimos hacer un equipo que nos gustaba, un grupo con que podíamos empezar a trabajarlo muy pronto. Y creemos que acertamos, es un equipo con máximos muy altos, también con mínimos bajos, pero esa convicción de tener máximos altos nos ha hecho tener alicientes para competir contra todos.

—¿Espera un partido entre dos equipos muy ordenados?

— Diría que claramente el Obra es un equipo con una marca muy clara del orden de su entrenador. En el Bilbao, nuestra marca se ve identificada en cómo somos. El partido lo va a competir mejor el que encuentre más inspiración, el que tenga jugadores más acertados, más energía y tome mejores decisiones en ataque y en defensa.

—¿Algún jugador le preocupa especialmente?

—El Obra tiene este año jugadores con puntas de talento muy grandes, como Howard, como Rigo. Pueden encontrar superioridades con Pustovyi. Scrubb está haciendo una gran temporada. A Timma, que está llegando, se le ve comprometido y buscando su partido... Es muy importante, cuando preparamos el encuentro contra ellos, identificar qué jugadores buscan su momento dentro del partido, cuáles pueden tener un impacto muy alto. Tienes que estar pendiente de muchas individualidades.

—Están en tierra de nadie, con la permanencia asegurada y el play off casi imposible. ¿Cómo gestionan la recta final de curso?

—Tenemos una ambición, la de seguir representando a nuestro club y nuestra ciudad en competiciones europeas. Para eso, en esa tierra de nadie que podría ser quedar lejos de play off y tener garantizada la permanencia, hay opciones por escalar o mantener la posición actual. No sabemos que plaza garantiza Europa. Como no lo sabemos, intentaremos quedar lo más arriba posible.

—¿Están avanzando ya el proyecto 24/25?

—Una de las mejores cosas de este club es que tiene claro quiénes somos y cómo somos. Evidentemente, la permanencia te permite trabajar ya en el nuevo proyecto. En eso está, sobre todo, nuestro director deportivo, Rafa Pueyo. El resto, nos centramos en el presente. Todos tenemos claro que lo mejor para el futuro de cada uno de este equipo es que ayude en el presente.

«Las cosas me han ido mejor en los sitios en los que he encontrado gente en la misma dirección»

Jaume Ponsarnau sabe lo que es luchar por la permanencia y también dirigir un equipo en Euroliga a lo largo de catorce campañas en la Liga Endesa repartidas en cinco destinos.

—¿En cada uno de los clubes a los que ha entrenado en la ACB se vive el baloncesto de distinta manera?

—Sí. En ese sentido, solo hay un punto en común, el baloncesto en esencia. He tenido la suerte de estar en una competición como la ACB, de muy alto nivel y muy seria. Las realidades presupuestarias son distintas. Hay diferencias culturales en cada sitio. Los objetivos. En unos más que en otros, he vivido una identificación en la que el entrenador es una figura importante en los proyectos. Pero para que esto funcionase, no puedes ir solo en una dirección. Y las cosas me han ido mejor en los sitios en los que he encontrado gente en la misma dirección.

—Supongo que la selección y el bronce olímpico es otra historia.

—Efectivamente. Además, es un trabajo muy intenso en un corto período de tiempo. Es como un capricho, poder trabajar con los mejores jugadores, en este caso también con entrenadores de cuyos conocimientos te empapas. Es una competición tan corta que nada tiene que ver con la ACB. Súper intensa, cada día es de vida o muerte. Sabes que si un día pierdes a lo mejor aún puedes seguir, pero si al siguiente vuelves a perder... Fue una experiencia muy enriquecedora.

—Además, con una generación irrepetible.

—Fue una auténtica maravilla, por cómo vivían el baloncesto, el talento que tenían. Cada día había aprendizajes desde nuevas perspectivas.