La mezcla Pustovyi Blazevic recuerda los tiempos de Muscala y Oriol Junyent

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

En Bilbao sumaron 27 puntos, 17 rebotes y dos asistencias para el Obradoiro

22 abr 2024 . Actualizado a las 20:48 h.

La pareja Artem Pustovyi Marek Blazevic tuvo una importancia capital en la victoria del Monbus Obradoiro ante el Bilbao. Entre los dos firmaron 27 puntos, 17 rebotes y dos asistencias. Números que suele hacer Jokic en un partido con los Denver Nuggets, pero que están al alcance de pocas parejas de pívots en la ACB.

Esta evolución no es fruto de la casualidad. Otra cosa son las circunstancias, porque los problemas físicos de Timma están propiciando que el ucraniano y el lituano coincidan más minutos en pista.

En pretemporada, y ante la falta de un cuatro y medio que tanto pudiese amenazar en el triple como jugar cerca del aro, el cuadro técnico pensó en trabajar más con Blazevic en la posición de cuatro. Pero, aunque puede lanzar desde detrás del arco, siempre va a ser un pívot con su hábitat natural en la pintura. Y así se está viendo.

El paralelismo no es total, pero recuerda en cierta manera a lo que sucedió en su día con Mike Muscala y Oriol Junyent. En los primeros partidos apenas coincidían en pista. Casi siempre entraba uno por el otro. Pero con el paso de las jornadas empezaron a mezclar y formar una pareja de cincos con la que el Obradoiro firmó su mejor racha de victorias consecutivas en la ACB. Fueron seis, la sexta ya sin ellos dos, porque el rendimiento de Muscala propició que los Hawks llamasen a su puerta antes de lo esperado y Oriol Junyent sufrió una lesión de rodilla que lo acabó retirando del baloncesto.

Víctor Pérez, ayudante de Moncho Fernández que se centra más en el trabajo con los pívots, explica que la filosofía no ha cambiado: «Desde el principio vamos en la misma línea, encontrar a los dos en esas posiciones, uno en el poste bajo y el otro más abierto, en la zona. Ahora, al tener más minutos, por la baja de Timma, igual se han visto reforzados. También sucede que esa manera de jugar necesita algo de tiempo, es algo nuevo para ellos. Parece que los estamos encontrando más. Blazevic, más cómodo y jugando mejor, eleva la calidad del sistema. Pero no es que haya cambiado mucho desde el inicio de temporada a ahora. Es el proceso que necesita todo planteamiento».

Abunda en el análisis, según quienes sean los jugadores de la pintura que estén en pista: «Tinkle, Suárez o Timma se mueven más por detrás de la línea de tres. Con Marek y Artem, los dos están dentro. Puntualmente se pueden abrir. No por la amenaza de tres, sino para enlazar con otra situación de pick and roll o mano a mano. En estos dos últimos partidos, hemos explotado más esa virtud de uno por la zona del tiro libre y el otro por el poste bajo, sobre todo Marek cuando se empareja con pívots más pequeños».

Licencia tibia para el triple

No tienen prohibido el triple, pero se prodigan poco. De hecho, Blazevic lleva 1 de 7. Pustovyi, 4 de 10. En Bilbao probó una vez, sin puntería. Víctor Pérez confirma que no son jugadas que estén en el guion, pero que pueden darse: «Era una opción, por la defensa que hacían ellos, defendiendo la penetración, colapsando la pintura. Podía haberla continuado. Este año lleva alguno. Puntualmente puedes hacer alguno, pero más que buscarlos, te los da la defensa del rival».

También se nota la pareja a la hora de cerrar el espacio aéreo en defensa: «Al final, tener dos más grandes te da ventaja en la batalla del rebote. Marek rebotea bien y Artem ocupa mucho espacio. No es solo que las coja, sino que evita que el suyo las coja. Meten más volumen en las batallas individuales por el rebote, y estamos notando que defensivamente nos rebotean menos. Pero ahí no estamos teniendo un problema este año, vamos más o menos bien, con alguna excepción. Como el partido de casa con Bilbao». En la última jugada en Miribilla, tras el triple marrado por Killeya-Jones, Artem Pustovyi marcó el territorio y Blazevic se hizo con el balón.

En los cinco minutos en los que coincidieron los dos en el banquillo, Guerrero completó un buen expediente.