Los niños de Leiro descubren a través del jardín sus cinco sentidos

María Santalla VILAGARCÍA

AROUSA

Los alumnos del Centro Rural Agrupado se afanan en preparar el recinto escolar Los pequeños han diseñado incluso una mascota, a la que llaman Verdiño

12 may 2007 . Actualizado a las 07:00 h.

?os alumnos del Colegio Rural Agrupado de Ribadumia se han incorporado este año al programa ambiental de Voz Natura que impulsa la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre. Dentro de él han comenzado a preparar un espacio al que han dado el nombre de Xardín dos Sentidos . Allí trabajan todos los alumnos preparando la tierra, abonando, plantando, regando y eliminando las malas hierbas. Efectivamente, cada uno de los cinco sentidos tiene su rincón en el jardín del colegio de Leiro. Para la vista, coloridas plantas y flores que los pequeños han plantado y que ahora están viendo crecer. Para el olfato, especies aromáticas a las que también dedican una parte del recinto. Para descubrir el sentido del tacto han optado por plantas de diferentes texturas, para que los más pequeños aprendan a distinguirlas. Para el gusto están creciendo ya hortalizas y vegetales de diferentes tipos, desde lechuga a tomate o calabazas. Por el momento, y como el tiempo no ha ayudado mucho, estas plantas todavía no han crecido, pero en el cole confían en que los pequeños podrán probar algunos de estos productos antes de que acabe el curso. Y tampoco el oído ha quedado al margen de este proyecto. El agua, y también el viento al rozar contra las plantas, producen sonidos. Así que, en un rincón del jardín, se ha creado un pequeño estanque para que los niños puedan disfrutar del agua. Por el momento todavía no hay animales en él, pero la intención es traer ranas para que los pequeños puedan divertirse observando sus movimientos. Eso sí, para que los batracios puedan llegar al estanque todavía es necesario que crezca un poco más la vegetación que lo rodea. Para todo este espacio, los niños han creado también su propia mascota. Se llama Verdiño, y una foto suya preside el jardín. Verdiño les da ánimos para cuidar el jardín y les recuerda la importancia de respetar la naturaleza. Durante esta primera experiencia en el jardín, los alumnos ya aprendieron que el cultivo de la tierra no deja de tener sus problemas. Primero tuvieron que enfrentarse a la mala calidad de la tierra, a la que tienen que echar arena y abono para que las plantas puedan crecer. Después, los pájaros hambrientos llegaban a picar las plantas de su jardín, de modo que se vieron obligados a poner espantapájaros para ahuyentarlos. Pero los niños no sólo trabajan con las plantas en el jardín. En las aulas continúan su trabajo y hacen fichas de los diferentes ejemplares y aprenden a reconocerlos y a conocer sus características. Pero mientras continúan trabajando en el jardín, profesoras y niños están pensando ya en el futuro. El curso que viene pretenden continuar con el proyecto y planean seguir cuidando sus espacios de huerta y jardín, pero también plantar árboles frutales en el exterior. Su intención también es habilitar un pequeño invernadero, porque de esta forma pueden trabajar durante el invierno sin temor a que las lluvias o el viento estropeen su labor, tal como les ocurrió este año.