En los tiempos que corren no muchos establecimientos comerciales pueden presumir de historia. Pero en O Grove hay uno que no solo lo hace, sino que además fue pionero en su sector. Se trata de Don Can, una tienda donde las mascotas tienen un hogar y donde pueden encontrar todo lo necesario para su cuidado. Y es que su propietario, Agustín Fontán Costa, abrió un establecimiento completamente innovador en su momento que contaba incluso con peluquería para perros. «Entonces solo había tiendas de este calibre en las grandes ciudades», explica.
Don Can cuenta actualmente con cualquier tipo de complemento y de mascota que pueda precisar el cliente. Pero su propietario no es muy partidario de vender a cualquier precio. «Hace años se vendía muchos reptiles y arañas. Pero ahora escapamos mucho de eso porque la gente no es responsable», explica. De hecho, tiene una máxima. «Aquí no hay perros para niños. Hay que ser responsable para tener una mascota», asegura. Por eso tampoco importan canes de países del Este, «porque sabemos como los transportan y como los tratan», explica. Su negocio comenzó importando perros de Inglaterra, aunque actualmente con Internet estas ventas han disminuido. Trabajan, sobre todo, por catálogo, porque tampoco les gusta mucho tener a las mascotas metidas en vitrinas en la tienda.
Agustín sostiene que uno no debe elegir a sus mascotas por lo bonitas que le parecen. «Hay que saber si ese perro puede convivir con nosotros. Si su carácter se adapta al nuestro», explica. Por eso recomienda a sus clientes siempre que tengan en cuenta algo más que el aspecto de su futuro perro o gato. «Tiene que comprarlo no porque sea bonito, sino sabiendo si puede vivir en mi casa o el carácter que tiene», añade. En O Grove, sostiene, existe una gran afición por los perros de raza. Y asegura que la mayoría de la gente está muy concienciada sobre la necesidad de cuidarlos.
Prueba de que cada vez se cuidan más las mascotas es que hace treinta años «a todo el mundo se le morían las tortugas». Hoy, estas se han convertido en una verdadera plaga pues la gente, cansada de cuidarlas, las soltó en ríos y lagos. «Es un ejemplo de que sabemos cuidarlas y de que es difícil que se nos mueran», añade.
La pasión de Agustín por los animales le viene de hace tiempo. Actualmente, tiene seis perros y su madre, otros dos. La mayoría de ellos han sido ganadores en alguno de los muchos concursos a los que se presenta. El secreto, explica, está «en tener buenos perros, en preocuparse de cómo los cruzamos». Por eso Don Can es más que una tienda de mascotas. Porque su propietario siente verdadera pasión por ellas. Muchas felicidades.