La falta de redes en el campo ya ha causado daños a más de un paseante
23 abr 2014 . Actualizado a las 09:43 h.Los campos de fútbol de Terra de Porto están ocasionando algún susto que otro a los vecinos de O Grove. La ausencia de redes en uno de estos recintos provoca que los balones con los que los chavales juegan al fútbol salgan disparados e impacten en vecinos, coches y negocios. La última víctima ha sido un bebé de solo seis meses. El pasado lunes recibió un balonazo en la cara cuando paseaba con sus padres. Por fortuna, todo se quedó en un susto, «pero si me llega a dar a mi, seguro que me rompe la nariz», explica Daniela Álvarez, madre de la criatura.
Eran sobre las seis y media de la tarde del pasado lunes cuando Daniela y su hijo paseaban por el paseo de Terra de Porto. De pronto, un balón salió perdido de uno de los dos campos de fútbol que existen en el recinto y cayó directamente sobre el carro del bebé, golpeándole en la cara. «Por suerte quedó todo en un susto. Después vimos que el bebé estaba bien y que no le pasaba nada, pero el impacto le dio directamente en la cara», explica esta vecina.
Más quejas
No es esta la primera vez que algo similar sucede, relata. Varios han sido los vecinos que han recibido balonazos provenientes de los campos de fútbol. «No es culpa de los niños. Ellos estaban jugando donde tenían que estar», explica. El problema es que el cierre de este campo es demasiado bajo, de ahí que los balones se escapen continuamente e impacten con lo primero que encuentran. «Nos contaron que unos días antes le habían dado también a un anciano», añade.
Por ahora, Daniela no ha trasladado sus quejas al Concello. Pero está pensando en utilizar la nueva aplicación de móvil para informarles de todo lo que ha sucedido. Quiere que se tomen las medidas oportunas para evitar que esto vuelva a repetirse. «El Concello tiene que ponerse manos a la obra. Esto no es algo que tenga un coste muy elevado y es necesario para que todos podamos estar en esa zona», explica. Considera que, instalando unas redes alrededor de los campos, se evitarían sustos como el que tuvo que sufrir su bebé de seis meses.