Un mercado con vendedores discretos y compradores que llegan de fuera buscando casa y negocio

La Voz

AROUSA

31 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es obvio que comprar un pazo no está al alcance de cualquier bolsillo. De hecho, las operaciones de compra-venta de este tipo de edificios son silenciosas, discretas, contenidas. En las agencias especializadas en trabajar este tipo de mercados aseguran que tanto quienes venden como quienes compran no quieren hacer ruido.

¿Quiénes son unos y otros? Los vendedores, explican desde DAC Santiago suelen ser herederos que se encuentran con los elevados costes de mantenimiento de viviendas que, en muchos casos, no son de su propiedad exclusiva. Para zanjar el asunto ponen en venta la casona, pero «no quieren regalarla» y fijan precios que pueden parecer desorbitados. Desde DAC Santiago afirman que esas cotizaciones no han variado demasiado con la crisis. «Este segmento de negocio está más o menos como estaba antes». No opinan lo mismo en Aldeas Abandonadas. En estos momentos no solo hay más gente que pone a la venta su patrimonio, si no que «ahora hay cierto regateo. Se fija un precio de partida, pero normalmente se negocia y acaba bajando un poco. Hoy en día todo es negociable», explica la gerente de la web.

¿Y quienes compran? Pues, normalmente, gente llegada de fuera. Extranjeros o emigrados «con morriña» y dinero, que buscan entre las piedras nobles un lugar en el que vivir pero, también, una oportunidad de negocio.