El mal estado del Cristo de las ruinas de Santa Mariña obliga a retirarlo

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El Concello de Cambados busca una subvención para restaurar la pieza

14 sep 2014 . Actualizado a las 06:54 h.

El Cristo que cuelga de la capilla mayor de las ruinas de Santa Mariña de Cambados está a punto de caer. La madera de la que está hecha la pieza está totalmente podrida, hasta el punto de que un pequeño toque podría propiciar que se desplomase. El arqueólogo del Concello ya ha puesto el caso en conocimiento de la alcaldía, que a su vez ha dado orden para que esta semana se proceda a su retirada. El Ayuntamiento actuará atendiendo, sobre todo, a razones de seguridad para evitar riesgos de un accidente. Las ruinas son uno de los monumentos más visitados de Cambados y el acceso al altar, hasta debajo mismo de donde está clavado el crucifijo, es libre, de manera que hay peligro de que alguien lo toque y la escultura se venga abajo, según aseguran los técnicos.

El Concello utilizará sus propios medios para retirar la pieza y ya ha pedido presupuesto a un restaurador para repararla. Cómo se va a costear la operación es todavía una incógnita. El alcalde Luis Aragunde informó de que, teniendo en cuenta el carácter de Bien de Interés Cultural de Cambados, se va a intentar conseguir alguna ayuda económica para afrontar este gasto. En cuanto al papel que va a jugar la Iglesia, propietaria de la imagen y de las ruinas, se desconoce. En todo caso, la parroquia ya ha dado su autorización al Concello de Cambados para intervenir en esta propiedad.

El Cristo de las ruinas tiene aproximadamente metro y medio de alto y está elaborado en una madera noble, que podría ser nogal o castaño. En cambio, la cruz que lo soporta es de eucalipto.

La pieza fue donada a la Iglesia hace 110 años por un particular y, desde entonces, preside un templo que únicamente se utiliza para el culto en la festividad de Todos los Santos.

A distancia no se percibe, pero de cerca sí es apreciable el deterioro que sufre la imagen, una degradación que, a ojos de los expertos, alcanza la categoría de muy grave. No es de extrañar que se llegase a esta situación teniendo en cuenta que el Cristo lleva más de un siglo prácticamente a la intemperie y sin recibir tratamientos contra la carcoma. En consecuencia, la imagen está casi hueca y si no se desarma es gracias a la pátina de barniz que la recubre, según explican los técnicos consultados.