Los veía a ellos, a Elva y a Julio en el escenario, y decía aquello de «mamá quiero ser artista». Aunque todavía se ponga colorada cuando piensa en la primera vez que tuvo que besar a un chico en los ensayos y repetir y repetir la escena. Ahora se ríe, 24 años después. Porque logró su objetivo. «Primero vas a los ensayos, luego empiezas con el papel de criada y ya no lo dejas». Y tanto. Solo hizo un paréntesis cuando fue concejala, y ahora, ni siquiera la maternidad la separa de la escena. «Es que hay muy buen ambiente, es como si desconectases del mundo». Ahora representa en Cuatro corazones con freno y marcha atrás a Hortensia, «una señora muy peripuesta que va rejuveneciendo en los tres actos, es un papel muy divertido», dice una presidenta orgullosa de representar a quien de pequeña miraba con admiración.