Ramiro Carregal repasó ayer sus lazos con su ciudad natal. «Viví en San Roque y en los Martices hasta los 22 años», recordó. Después se instaló en Ribeira, donde se hizo con la propiedad de Frinsa, pero nunca dejó de lado su tierra natal. Y aunque su actividad profesional le llevó a viajar por todo el mundo, afirma convencido que no hay otro rincón como la ría de Arousa.
Ese cariño por la tierra que lo hizo hijo predilecto tiene mucho que ver con el compromiso adquirido con los más necesitados. Son muchas las entidades con las que colabora, y entre ellas está Cáritas, a cuyo comedor social se acercó después de la visita al albergue. Por gentileza de Carregal, los usuarios del comedor volverán a tener esta Nochebuena un menú especial. También hizo una donación de 5.000 latas de atún a la fundación Amigos de Galicia. En total, Carregal Rey destina cada año un millón de euros a las entidades con las que colabora en beneficio de los más desfavorecidos.
Visita al asilo
Y si con motivo de la Navidad Carregal decidió visitar a los responsables de la Cruz Roja, los voluntarios de la entidad, también para desear unas felices fiestas a los mayores, se acercaron al asilo para cantar villancicos con sus residentes. Una visita que se incluye dentro de las actividades intergeneracionales que forman parte de las prioridades de la oenegé.