«Non durmimos máis na habitación na que nos entrou o camión»

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

El accidente fue en marzo del 2010, hace justo cinco años, pero la familia no puede olvidarlo.
El accidente fue en marzo del 2010, hace justo cinco años, pero la familia no puede olvidarlo. mónica irago< / span>

Hace cinco años, acababan de levantarse cuando un vehículo irrumpió en su cama

29 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace justo cinco años, Lucía Rodríguez y su marido se preparaban para ir al médico. Se levantaron un poco antes que de costumbre, y estaban atareados del baño a la cocina cuando oyeron un estruendo enorme en el dormitorio. Fueron a ver qué había pasado y se encontraron un camión al lado de su cama. El conductor había perdido el control del vehículo en la recta de Xanza, en la N-550, y se había empotrado contra la casa que está pegada a la carretera. El matrimonio salvó la vida por cortesía del despertador.

Un lustro después, Lucía reconoce que no pudieron olvidarlo, pero que hay que seguir viviendo. «O que fixemos foi cambiar a habitación de sitio, non durmimos máis nela; alí agora temos un comedor que non usamos, non entramos case nunca». Admite que «o medo segue no corpo, pero esta é a nosa casa», dice. También reconoce que los vehículos circulan ahora más despacio por la recta de Xanza, una pendiente que tiene tres carriles y en la que, a partir de ese accidente, se limitó la velocidad a 70 kilómetros por hora. «Por iso agora os coches van algo más amodo».

Porque ese es a su entender el principal problema. Al tratarse de una carretera nacional, carece de pasos de peatones ni medidas que impidan a los coches correr. La recta de Xanza se suma así a los puntos conflictivos en viales que en su día quedaban apartados de los núcleos de población pero que ahora, en la práctica, hacen las veces de avenidas.

Madre e hija atropelladas

Algo parecido opina su vecina María, que vive unas casas más abajo que Lucía. María y su marido Moisés no tuvieron la misma suerte. Fue hace 48 años, pero siguen sin olvidarlo. La madre de María y sus dos hijas caminaban por el arcén al final de la recta cuando un coche que también bajaba descontrolado las atropelló. La abuela y una de sus nietas murieron en el acto; una tragedia que los mayores de Valga todavía tienen presente.

Pese a ese dolor permanente, los padres de las víctimas, que también tienen sus casas pegadas a la carretera, no creen que la recta de Xanza sea más peligrosa que otros tramos de la N-550. Pero sí reconocen que no es cómodo vivir al lado del vial. «Cando fixemos a casa quedaba aínda apartada, pero foron ampliando a estrada e agora estamos ao lado». Y como todo tiene sus pros y sus contras, también admiten que la mejora del vial y su ampliación lo hizo más seguro «e agora hai menos accidentes». Eso no quita que no les preocupe que el tráfico pesado que antes se desviaba por la autopista haya vuelto al vial de Xanza para ahorrarse el peaje. «Desde que o subiron deixaron de ir pola autoestrada; todos estes camións que pasan agora -decían en la mañana del viernes- antes non viñan por aquí».

Una cierta resignación

Es posible que se les haya hecho callo de tantos accidentes que vieron. «Aínda recordamos cando un coche tirou ese muro que hai aí enfronte; viña atravesado desde alá arriba. O bo foi que non lles pasou nada. O certo é que agora hai menos choques, pero onde hai estradas hai accidentes», dicen con resignación.

lucía rodríguez víctima de valga