«Vivir al paso de la PO-308 es una desgracia, lo tengo claro»

l.p. poio / la voz

AROUSA

Azucena Rodas lamenta la poca implicación de algunos políticos: «Como no lo viven en la sangre».
Azucena Rodas lamenta la poca implicación de algunos políticos: «Como no lo viven en la sangre». Capotillo< / span>

29 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La PO-308 ha marcado dramáticamente la vida de Azucena Rodas. Si hace años vio como un coche se llevaba por delante la vida de un familiar muy cercano, a finales del pasado noviembre de nuevo la tragedia le golpeó al arrebatarle a su madre. Ambos atropellos ocurrieron prácticamente en el mismo punto de Raxó, un tramo de carretera en el que llevan reclamando insistentemente que se acometan mejoras.

Está convencida de que vivir al paso de una carretera como la de la costa de Poio «es una desgracia. Y cada vez lo tengo más claro». Lamenta especialmente la escasa, por no decir nula, sensibilidad de los políticos «porque como la mayoría de ellos no viven aquí, no saben lo que es escuchar continuamente patinadas de coches, frenazos o cómo van a toda leche» por un tramo limitado a 50 kilómetros por hora. «Como no lo viven en la sangre, les da igual todo».

Azucena se encoge de hombros cuando se le pregunta por el número aproximado de accidentes que han podido ocurrir en las inmediaciones de su casa. «En los últimos cinco años pudieron ser veintitantos», entre ellos el atropello de su madre, Ana María Gómez, o cuando un turismo se introdujo hasta el salón de su casa de madrugada.

Tras años de lucha, han conseguido que la Xunta volviese a asfaltar el entorno de la curva de Fontoira y, ya más recientemente, que colocasen unas bandas sonoras en el arcén y que se reforzase la señalización limitando la velocidad máxima. Aún así, muchos de los miles de vehículos que diariamente transitan por este punto de la PO-308 hacen caso omiso de los 50 kilómetros por hora.

Frente a los excesos con el acelerador, Azucena Rodas confiesa que se «quedaría contenta si me pusieran un radar o si hicieran más controles, como le pedí por favor a la jefa de Tráfico». Hace un par de semanas, un equipo especializado de la Guardia Civil se desplazó de Mérida a Raxó para reconstruir el atropello de Ana María Gómez, «y la verdad es que quedaron asombrados. La gente se pasa por el forro lo de ir a 50 y eso que los guardias les hacían gestos para reducir la velocidad. Les dije que ??está bien que estéis vosotros aquí porque así sabéis lo que hay??», apunta.

Por el momento, su petición de un radar ha sido descartada. Al parecer, Tráfico no considera este tramo de la PO-308 un punto negro, una explicación que ni convence a Azucena Rodas ni a ninguno de sus vecinos.

«Echo en falta la ayuda de los políticos, sobre todo de nuestro alcalde -Luciano Sobral (BNG)-. Todo lo que se ha logrado ha sido gracias a personas como mi madre o como yo o como algunos vecinos. A él, ni las gracias le puedo dar», reprocha. Reconoce que, si bien la PO-308 es un vial de titularidad autonómica, «tengo un alcalde para que me apoye, pero, tal y como he visto, me sirvo yo sola»

siniestralidad viaria