Buenos augurios para Rías Baixas

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Los técnicos calculan que, en cuestión de días, comenzará la brotación en Rías Baixas.
Los técnicos calculan que, en cuestión de días, comenzará la brotación en Rías Baixas. mónica irago< / span>

A pesar del mildiu, las previsiones para la nueva cosecha de albariño son favorables

24 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A finales de la semana pasada saltaron todas las alarmas en Rías Baixas. A pesar de que no se daban las condiciones meteorológicas para ello, aparecieron en las vides las primeras manchas de mildiu. Pero la situación no es para alarmarse, explican los responsables técnicos de las tres cooperativas vitícolas arousanas. El episodio se puede controlar con la aplicación de fitosanitarios, aunque es preciso estar pendiente. «Non é para alarmarse», explica Alberto Barral, de Condes de Albarei. «Estamos tendo problemas co mildiu, pero partimos dunha colleita boa», añade Diego García, de Paco & Lola. Y es que, a priori, todas las previsiones para esta cosecha son buenas. La meteorológicas, porque dan buen tiempo para las próximas dos semanas. Las que se refieren a la cantidad, porque la brotación fue buena y se espera que la floración, también. Buenos augurios para una añada que empieza a gestarse estas semanas.

«A verdade é que a nova colleita pinta moi ben, non ten nada que ver coa do ano pasado», explica Miguel Tubío, director técnico de Martín Códax. Entonces, las lluvias y los temporales causaron ya pérdidas durante la brotación y la floración. Ahora, las cosas son muy distintas. «A brotación foi moi boa», ratifica Barral. Coincidió con unas condiciones meteorológicas muy buenas, que permitieron a la vid realizar todo el ciclo sin problemas. Aún es muy pronto para hacer una estimación de cantidad, «porque isto é unha árbore de perdas», explica García. Por ejemplo, los pequeños temporales de un día de hace solo una semana causaron pequeñas roturas en algunas parcelas y, dependiendo de las condiciones meteorológicas que predominen durante la floración, habrá todavía más pérdidas. Pero esto es lo normal.

La enfermedad

Los técnicos ni siquiera se muestran preocupados por el ataque de mildiu. Curiosamente, los primeros síntomas aparecieron cuando no había condiciones climatológicas favorables para ello. «Non ten moito sentido que haxa mildiu cando sopra vento de norte, porque seca as manchas e a humidade relativa», explica García. Esto hace pensar a los técnicos que las manchas, que aparecieron en todas las subzonas de Rías Baixas, eran en realidad consecuencia de una infección anterior. «As parcelas que se trataron antes do 7 de maio non teñen tanta incidencia», añade. Es por eso que se cree que fue entonces cuando atacó esta plaga, aunque los primeros síntomas no hayan aparecido hasta el momento.

Aunque el ataque de mildiu es generalizado, los técnicos no se muestran preocupados por el mismo. Y es que, de nuevo, parece que la suerte sonríe a Rías Baixas y las previsiones meteorológicas para las próximas semanas hablan de calor y tiempo seco, con viento del norte. Condiciones nada favorables para la expansión de esta enfermedad. «O tempo nos está botando unha man e, aínda que hai algo de mildiu, non é preocupante», sostiene Tubío. Aún así, los técnicos recomiendan mantener la vigilancia. «É moi importante visitar as parcelas, certificar si aparecen as manchas e, naquelas nas que as haxa, hai que tratar para cortar este ciclo», sostiene Alberto Barral. Mantener la vigilancia es lo primordial para poder controlar los ataques de esta enfermedad que puedan ir surgiendo durante los próximos meses.

Buena floración

Dos son los momentos fundamentales en el desarrollo de la nueva cosecha, y que resultarán determinantes para la cantidad y la calidad de la misma. Se trata de la brotación y de la floración. Los viñedos de Rías Baixas ya han superado con éxito el primero de ellos. Y las previsiones para el segundo también son muy buenas. «O mellor que nos podería pasar é que houbera un ambiente seco e temperaturas de máis de vinte grados», sostiene García. «Se temos unha semana ou dúas de bo tempo non hai dúbida de que teremos unha boa floración», añade Barral. «Imos ter unha vantaxe importante na floración porque as previsións de tempo son boas», reitera Tubío. Con todas estas variables en la mano no es de extrañar que los técnicos se muestren de lo más optimistas. «Eu creo que esta vai ser unha boa colleita», argumenta el responsable de Martín Códax.

Habrá que esperar todavía un mes más para ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Pero lo que los técnicos destacan es que esta cosecha no tendrá nada que ver con la del año pasado. Entonces, las condiciones meteorológicas parecieron aliarse en contra de los intereses de viticultores y bodegueros y, además de tener un invierno muy pasado por agua, la primavera fue muy inestable y ocasionó grandes pérdidas en la futura añada tanto durante la brotación, como en la floración. Por eso en la denominación confían que este año cambien las cosas y Rías Baixas pueda disfrutar de una cosecha abundante y de calidad.

La media de producción se sitúa entre los 20 y los 30 millones de kilos de uva

La inestabilidad es la tónica que marca las cosechas de Rías Baixas en lo que a la cantidad se refiere. No en vano, son muchos los factores que influyen a la hora de determinar cuánta uva se produce año a año, desde las condiciones meteorológicas hasta las plagas o enfermedades que pueden afectar al viñedo. Pero, en los últimos años, la media de producción se ha incrementado notablemente en la denominación de origen. Entre los veinte y los treinta millones de kilos suelen recoger ya cada año los viticultores de Rías Baixas.

Desde el año 2004, solo tres cosechas no han superado los veinte millones de kilos. Fueron las de 2007, cuando se recogieron 18,7 millones, la del 2008, con otros 19, 8 millones, y la del 2012, que apenas llegó a los 17,5 millones de kilos de uva. El resto de las producciones se situaron en el entorno de los veinte millones. Hubo grandes excepciones, como la histórica añada del 2011, cuando las bodegas se quedaron casi sin espacio tras acoger 41,7 millones de kilos. Desde aquella, la producción amparada en la denominación de origen ha sido irregular, pasando por 33 millones en el 2013 y por poco más de 34 en el 2014.

De la misma forma que se iban incrementando las cosechas crecieron también las ventas, hasta casi equipararse. El pasado año, la denominación llevó a los distintos mercados alrededor de veinte millones de litros de albariño. Una buena cantidad.