Los números de la angustia

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Esta tarde, a las siete, los rañeiros se reunirán en el Concello de A Illa.
Esta tarde, a las siete, los rañeiros se reunirán en el Concello de A Illa. martina miser< / span>

Durante la última campaña de libre marisqueo, la flota no logró capturar ni 136 toneladas de producto, por eso piden la regeneración de la ría

28 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta tarde, a las siete, se celebrará en A Illa una asamblea general informativa a la que han sido llamados los rañeiros de toda la ría. El encuentro servirá para que los responsables de las cofradías expongan a sus socios la situación de colapso en la que se encuentran los bancos de libre marisqueo, las gestiones que han realizado hasta la fecha para intentar revertir la situación, el papel que en todo esto ha jugado la Administración y el camino que se debe seguir, a partir de ahora, para intentar asegurar el futuro del sector del raño arousano.

Que el eje central del libre marisqueo, Os Lombos do Ulla, ha sufrido un colapso productivo es más que evidente. En la campaña marisquera del 2012-2013, cuando la Xunta aprobó por primera vez un cese de actividad debido a la mala situación de los bancos, el del río había dado 228.581 kilos de marisco. El pasado mes de enero, cuando Os Lombos volvieron a cerrarse antes de tiempo, los escasos barcos que se empeñaron en faenar en esa zona apenas habían retirado 17.500 kilos de marisco. De ellos, solo seis eran de berberecho, la especie que unos años antes era la estrella en la desembocadura del Ulla.

La crudeza de la matemática

Los números son tremendos. Tan tremendos como previsibles, ya que el declive del río se inició hace ya unos cuantos años. Primero la marteilia acabó con las poblaciones de berberecho, y después una sucesión de riadas -esa fue la explicación inicial dada por la Xunta- empujó a la almeja a una situación límite. Los últimos muestreos realizados por la Administración indican, de nuevo, que la almeja no consigue recuperarse, que en Os Lombos en este momento no hay nada que rascar. Ahora, afirman las cofradías, la consellería habla de «sobreexplotación», una palabra que ha encendido aún más los ánimos del sector.

Hace un año, en los prolegómenos de la última campaña marisquera, los patrones mayores sabían que lo que se avecinaba no era nada bueno. Que el marisco escaseaba y que iba a ser necesario tomar medidas para regenerar el río y otras zonas de producción. Sus temores no tardaron en concretarse: la campaña cerró precipitadamente en enero, con Os Lombos extenuados pese a que fueron muy pocos los barcos que fueron a trabajar a ellos, y con las otras zonas de libre marisqueo incapaces de asumir a toda la flota que buscaba un lugar en el que echar el raño. Confiaban los patrones en que de inmediato se pusiese en marcha un plan de regeneración de estas zonas, pero las cosas de palacio van despacio, y las actuaciones prometidas por la Xunta no solo no arrancaron hasta hace dos semanas, sino que, además, son mucho menos ambiciosas de lo deseado por el sector arousano.

En el paquete de medidas planteado a mediados de mes a los patrones mayores no se recogía ninguna alternativa específica para Os Lombos. «Din que se quedan sen traballar un ano, pode que o marisco vaia arriba», explicaba al término del encuentro el patrón mayor de Rianxo.

Cerrados

Los responsables de varios pósitos, dada la gravedad de la situación, no ven con malos ojos que se deje descansar al río durante este año, siempre y cuando se arbitre alguna solución para quienes debían vivir de él. Muchos de esos rañeiros comienzan a tantear nuevas alternativas, nuevas artes, nuevos recursos, pero no todo el mundo puede permitirse abrir esos nuevos horizontes.

Las cofradías arousanas quieren, sobre todo, que se aproveche el tiempo y que se realicen trabajos encaminados a que esa zona, el pulmón de la ría, recupere el esplendor perdido. Los pósitos insisten en que es necesario acometer un gran dragado en la desembocadura del río, recuperando los viejos canales de desagüe, una medida que los técnicos de Mar desaconsejan.