El Rasoeiro planta cara a domicilio al potente Embutidos Lalinense (29-26)

La Voz VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Los de Kito Parada se benefician de los duelos directos de sus rivales en la lucha por la permanencia

28 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay victorias pírricas, y derrotas con dulce regusto en el paladar. De las últimas es la que el pasado fin de semana encajaba el Calmear Rasoeiro en su visita a la cancha del poderoso Embutidos Lalinense. Un clásico de la Primera División Nacional e histórico del balonmano pontevedrés, obligado por los hombres y compañeros de Kito Parada a exprimir su mayor veteranía y tirar del factor cancha para acabar llevándose el gato al agua con un ajustado 29-26.

Explicaba ayer el jugador/entrenador del Rasu que el de Lalín fue un partido «moi igualado», en el que si bien se vio en el electrónico «vantaxe deles case sempre», el conjunto grovense nunca permitió que su rival se le fuese. Hasta el punto de llegar a ir uno arriba al descanso, 14-15, con gol sobre la bocina, y amenazar con sorpresa mediado el segundo tiempo, con un empate a 22 en el marcador.

Un par de errores visitantes con sendos contragolpes letales como respuesta y una exclusión en el momento más inoportuno permitieron al Embutidos Lalinense coger 3 tantos de ventaja en los diez últimos minutos de juego. El Rasoeiro ya no tuvo opción. No obstante, Kito Parada destacaba ayer que, dada la entidad del rival, y la actuación de su equipo, «fixemos un partidazo». Con Bruno brillando en ataque con 6 tantos y Ángel convertido «no mellor xogador do encontro» bajo los tres palos de la portería meca.

El Rasu se benefició de una jornada en la que se medían entre sí los cuatro equipos que tenía por abajo en la tabla. La S.A.R. lo supera ahora en un punto y el Octavio se le acerca a 1, pero mantiene a 3 al Carballal y Lavadores, que ocupan las plazas de descenso.