«Buscamos 38 familias para acoger niños saharauis»

AROUSA

Xoán Carlos Gil

La asociación gallega prepara la campaña de verano que permitirá aliviar a 67 niños de los rigores del desierto

15 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Maite Isla, presidenta de la Asociación de Solidariedade Galega co Pobo Saharaui, está realizando charlas por diferentes puntos de la comarca de Vigo para informar sobre los programas de acogimiento temporal de niños saharauis durante el verano.

-¿Cuánto niños vendrán este verano?

-Vigo paga la estancia de 67 niños, así que necesitamos familias que puedan acogerlos durante el verano. Necesitamos 38 familias porque las demás necesidades ya las tenemos cubiertas.

-¿Qué requisitos deben cumplir estas familias?

-Puede ser una familia, pero también una pareja, una mujer o un hombre. Tienen que asistir a una serie de charlas informativas y una encuesta con nuestra trabajadora social para ser valorada su idoneidad. Si es una familia, es importante que haya consenso. Llevamos 25 años con este programa y nunca se nos planteó un problema.

-¿Qué edades tienen?

-Entre 9 y 13 años. Antes, venían más pequeños. Están en Galicia los dos meses del verano, julio y agosto.

-¿Por qué es importante para ellos?

-Para ellos y para nosotros, sobre todo en aquellos casos en los que hay niños de la misma edad porque se enriquecen mutuamente. Nuestros propios hijos, en contacto con estos niños que vienen del desierto, se dan cuenta de la poca importancia que tienen algunas cosas que para ellos eran prioritarias. Estos son niños, debido a sus circunstancias, lo comparten todo con mucha generosidad.

-¿Cómo es la vida de los niños en los campamentos?

-Es cierto que tienen muchas necesidades materiales, pero es una vida feliz la que tienen esos chicos. Es una vida rodeados de la familia, especialmente de los abuelos, a quienes adoran. El Gobierno saharaui hizo un esfuerzo importante para tener atendidos todos los aspectos de a vida en los campamentos. Tienen prioridades en los ámbitos de la educación y de la salud. Los niños van a la escuela y después hacen una vida normal en sus casas. Claro que los campamentos son terrenos totalmente inhóspitos en donde no se pueden desarrollar ningún tipo de actividad y, por lo tanto, las horas muertas las pasan escuchando las anécdotas que les cuentan sus abuelos de los territorios que se vieron obligados a abandonar tras la ocupación marroquí.

-¿Aprovechan sus estancias en Galicia para solucionar problemas médicos?

-Sí, dentro del programa hay unos objetivos, como es alejarlos de las altas temperaturas que sufren en verano, que llegan a alcanzar los cincuenta grados. Pero también están las revisiones médicas. Tenemos un convenio con el Sergas y en el momento en el que llegan los niños ya tienen su tarjeta sanitaria y pasan revisiones médicas. Este último año, un niño tuvo que quedarse en Galicia porque tenía un problema grande de riñón. Cuando se detecta algún tipo de enfermedad se le trata de curar aquí para que regrese totalmente sano.

-¿En qué consiste la ayuda humanitaria?

-La asociación hace dos veces al año caravana humanitaria a los campamentos. Recogemos medicamentos y alimentos para llevarlos allá. Ahora estamos organizando un viaje en el que estamos involucrando a todas las instituciones de Galicia, que tiene previsto salir de Santiago el 27 de abril. Aprovecharemos ese avión para llevar ayuda humanitaria.