«El fisioterapeuta está infrautilizado en nuestro sistema público de salud»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

El colectivo se siente «desaprovechado» y reclama espacio para hacer su trabajo

29 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los fisioterapeutas gallegos buscan su sitio en el sistema sanitario. Tito Pampín, el presidente del colegio de profesionales de este sector, dibuja el panorama actual con pocas palabras: «Hay menos fisios de los que debería haber trabajando en la red pública, y a los que hay no se les deja aprovechar sus capacidades». «La OMS recomienda un fisioterapeuta por cada 1.200 habitantes. Eso, a día de hoy, es una quimera, pero deberíamos ir avanzando», dice. Por eso espera, aunque sin demasiada confianza, que en la próxima convocatoria pública de empleo se abran plazas para estos profesionales. «Obviamente, eso sería bueno para nosotros, pero también para los pacientes y, en general, para todo el sistema», sentencia Pampín.

La tesis que manejan estos profesionales es clara. Pampín apela a dos criterios que, dicen, deberían ser tenidos en cuenta por quienes administran la cosa pública. En primer lugar, hablan de eficiencia del servicio. Y también de ahorro. ¿Por cuál empezamos? Pues, ya que esto va de salud, miremos a los pacientes y a cómo podrían beneficiarse si hubiese más fisioterapeutas en nómina del servicio público de salud.

La última opción

«En estos momentos, el fisioterapeuta está al final de un circuito muy largo», explica Pampín. «Los pacientes llegan a nosotros después de meses circulando por consultas de todo tipo, por listas de espera, en ocasiones tras haber sido sometidos a intervenciones. Vemos a muchos enfermos que llegan a nosotros con patologías que ya son crónicas», concluye el presidente del colegio gallego de fisioterapeutas. Sin embargo, si hubiese más profesionales de este tipo en los distintos estamentos de la sanidad pública, esa sucesión de infiernos particulares sería mucho menor. «Se podría reducir el gasto farmacéutico, se podría reducir la duración de muchas hospitalizaciones, se acortarían las listas de espera...», barrunta Pampín. Y, lo que es más importante, se mejoraría la calidad de vida de muchos enfermos.

Y no solo, explica, de los que tienen un problema en la espalda, o en las cervicales. «La población nos valora, pero por lo general solo conoce algunas funciones de la fisioterapia, pero podemos hacer cosas más allá de lo que se nos presupone». Solo falta que se les permita desarrollar todas sus capacidades, tanto para hacer valoraciones, como para elaborar planes terapéuticos de actuación, evaluar la efectividad de dichos tratamientos...

Por no hablar de que los fisioterapeutas, además de trabajar en las áreas «típicas de traumatología o cardiología, podemos también trabajar en áreas como ginecología, oncología, quemados, podemos resolver problemas en partos...». Una amplia cartera de actividades que hasta ahora les está, en la mayor parte de los casos, cerrada a cal y canto.

Inversión en formación

Los fisioterapeutas, sentencia Pampín, están preparados para hacer esos trabajos porque «somos el colectivo profesional que más invierte en formación continuada, para estar siempre a la vanguardia». Pero para poder desarrollar en condiciones el trabajo en todas esas especialidades «es necesaria cierta estabilidad, para poder dar un servicio eficiente». «No podemos saber de todo y no tendría sentido que una persona que lleva toda la vida trabajando en trauma se la pase de repente a otro servicio», concluye Pampín.

Estos profesionales reivindican su utilidad en áreas sanitarias más allá de las lumbalgias

Lo tienen claro: una consulta a tiempo puede ahorrar dolor y, también, dinero público

Una profesión clave en un país en el que la población está muy envejecida

Sostiene Tito Pampín que «hay mucha gente que no se puede permitir pagar por ir al fisioterapeuta, y hay pacientes crónicos que necesitan un fisio de por vida, y habría que garantizárselo a todo aquel que lo precise». Y es que estos profesionales de la salud tienen mucho que decir a la hora de lograr no solo mantener la calidad de vida de sus pacientes, sino también para ayudarles a prolongar sus capacidades funcionales durante el mayor tiempo posible. Eso, en un país en el que la pirámide poblacional no deja de envejecer, parece una cuestión digna de tener en cuenta. «La evolución demográfica de la población en Galicia avanza claramente hacia el envejecimiento. Eso supone un incremento de la cronificación de enfermedades y un aumento del gasto sanitario. Los fisioterapeutas contribuiríamos a mejorar la situación de los pacientes crónicos», sentencia Pampín.

La prevención

No solo eso. El fisioterapeuta puede ayudar, y mucho, a prevenir dolencias de esas que pueden amargarle la vida a quienes las padecen. «Ese es otro ámbito muy importante, porque tiene influencia sobre la calidad de vida de la gente, reduciría las bajas médicas, el consumo de medicamentos y muchas cirugías. Así que, realmente, sería importante que se haga ese trabajo de prevención y que se deje hacer», señala el presidente del colegio profesional. De todas estas cosas quieren hablar Pampín y sus compañeros del colegio profesional con los responsables de la Xunta. «Estamos convencidos de que la Consellería de Sanidade y el Sergas están trabajando para mejorar la eficacia del sistema, y nosotros podemos ayudarlos».