Giro inesperado en el juicio de O Mulo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

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El narcotransportista, junto con ocho acusados, prevé reconocer hoy su participación en el alijo de 3,6 toneladas de coca después de trascender una carta incriminatoria

24 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Una carta manuscrita supuestamente por el propio Rafael Bugallo, O Mulo, y localizada en el registro de una de sus propiedades dio ayer un giro sorpresivo al juicio que se desarrolla desde el lunes en la Audiencia de Pontevedra. Aunque al documento ya se aludía en el escrito de acusación del fiscal del 2015 pidiendo que sumara al procedimiento y se le diera traslado del mismo a las defensas, no fue hasta este mismo lunes que se cumplimentó este trámite.

Esto provocó que las estrategias de buena parte de los abogados se vieran truncadas. A fin de cuentas, todo parece indicar que en el documento se relatan todos los pormenores del alijo de 3,6 toneladas de cocaína que iba a ser introducido en agosto del 2008 por una planeadora que terminó varada entre llamas en A Lanzada. El hallazgo se produjo en el transcurso de una investigación diferente de la que ahora se están juzgado y en la carta, según fuentes que tuvieron acceso a ella, se describiría el papel de algunos de los encausados.

Lo cierto es que, al trascender su contenido, abogados defensores mantuvieron un encuentro, del que ha trascendido que nueve de los trece encausados, entre los que se encontraría el propio Rafael Bugallo, están dispuestos a reconocer hoy su participación en el alijamiento de la droga. «No va a haber una conformidad en el sentido estricto de la palabra», remarcó el abogado Víctor Bouzas. Esto determinará que el juicio se celebre como estaba previsto, eso sí, con la «pequeña salvedad de que por muchos de los acusados se van a reconocer los hechos en cuanto a su participación dentro de lo que es la organización o la trama delictiva que establece el ministerio público».

Posteriormente, y ya en el trámite de conclusiones, las defensas solicitarán que se aplique por parte de la Audiencia las atenuantes analógica de confesión tardía y la de dilaciones indebidas. Todo parece indicar que los abogados sostendrán que esta atenuante debe ser considerada como «muy cualificada» -«la causa arranca en el 2008 y se está juzgado en el 2017», esgrimen-, extremo que no compartiría el fiscal antidroga de Pontevedra.

En este punto, Víctor Bouzas señaló que el reconocimiento de los hechos «no implica un compromiso por parte de nadie a una rebaja efectiva», si bien aclaró que, al contemplarse las atenuantes, inexorablemente, conlleva la reducción de las penas inicialmente solicitadas. Así, y en el caso concreto de los encausados que reconozcan los hechos, estos podrían ver como el fiscal pasa de solicitar diecisiete años de prisión, en el caso de Rafael Bugallo, y de quince, en el supuesto del resto de acusados, a pedir entre seis y ocho años de cárcel.