Johnny y Baby bailarán toda esta semana en Vigo

AROUSA

El auditorio de Beiramar acogerá la última función de la versión teatral de «Dirty Dancing»

17 jun 2017 . Actualizado a las 18:52 h.

En el verano de 1963, la vida de la joven Frances Baby Houseman está a punto de cambiar. Estando de vacaciones junto con sus padres y su hermana mayor en el lujoso hotel Kellerman’s en las Catskill Mountains de Nueva York, Baby descubre accidentalmente una desenfrenada fiesta llena de música y baile en el área de empleados. Fascinada por los provocativos pasos de baile y los hipnóticos ritmos musicales, no podrá evitar lanzarse a este mundo, sobre todo tras conocer a Johnny Castle, el instructor de baile del hotel. Se trata del comienzo de la película Dirty Dancing, que ahora llega al auditorio Mar de Vigo en formato de musical. El estreno será hoy a las 20.30 horas, pero se repetirá a diario hasta el 18 de junio.

«Es una adaptación muy fiel de la película. No es un musical en el que la gente, de repente, pare y se ponga a cantar, sino que reproduce fielmente lo que pasa en la película», explica Itxaso Barros, coordinadora general de la empresa Letsgo, promotora en España de este espectáculo. «La adaptación está hecha por Eleanor Bergstein, que es la autora de Dirty Dacing y también del guion de la obra de teatro. Como la película dura noventa minutos pero el musical se va a las dos horas y cuarto, ella ha podido explayarse e incluir cosas que se quedó con ganas de meter en la película pero por falta de tiempo no pudo. Por ejemplo, hay algunas canciones nuevas y también escenas nuevas que profundizan un poco más en la relación entre Johnny y Baby, en la Baby con sus padres o en el entorno sociopolítico de la época», añade.

En esta versión musical Frances Baby Houseman está interpetada por Eva Conde; Johnny Castle, por Christian Sánchez; Penny Johnson, por Fanny Corral; Antonio Reyes es Jake Houseman; y Marjorie Houseman es asumida por Julia Möller. «En la elección tuvimos en cuenta que los actores evocaran lo que todos tenemos en mente, pero sin pretender ser un caricatura de aquellos personajes. Necesitábamos gente que supiera interpretar y bailar, y que transmitiera al público, porque sabemos que la gente cuando viene a ver Dirty Dancing, v vienen a vivir lo que ellos tienen en la mente», explican.