La generación espontánea de un campeón de mediofondo a ritmo de velocista

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Iniciado con 19 años en el atletismo, con un título y otros cuatro podios autonómicos, la progresión en año y medio del cambadés Amadeo Abal le ha valido, dice, para recibir tres ofertas de clubes de División de Honor

26 jul 2017 . Actualizado a las 19:06 h.

El pasado 5 de febrero Amadeo Abal Chaves (Cambados, 1 de Septiembre de 1995) acudía a Granollers al Campeonato de España de Media Maratón. Una competición con podios absoluto y veterano, en la que el arousano, todavía en categoría promesa (19 a 21 años), acababa en el puesto 61º de entre 130 especialistas en meta. Un resultado que refleja ese largo camino todavía por andar, pero también la rápida evolución de un deportista que atesora ya un título y otros cuatro podios autonómicos de mediofondo con tan solo año y medio de carrera en el mundo del atletismo de competición. Las posibilidades de un futuro al asalto de las almenas del atletismo nacional, quien sabe si foráneo, motivan hoy a un cambadés que, cuenta, ha despertado el interés de varios equipos de la División de Honor en ficharlo para sus plantillas la próxima temporada.

El baloncesto y el piragüismo habían colmado hasta hace un par de años el gusanillo de Amadeo Abal por el deporte. Nada serio. Hasta que se decidió a correr la Carrera Popular de Oubiña, sobre 10.000 metros, y acabó tercero. «Ata entón non correra nunca unha carreira», recuerda. De ahí que llamase la atención del sanxenxino Diego Calvete, hace unos años subcampeón del mundo de duatlón paralímpico, y pupilo del reputado entrenador de Marín Carlos Landín. «Diego díxome que o tempo que fixera en Oubiña, sen adestrar, estaba moi ben». Un par de semanas después el cambadés acababa quinto en su segunda carrera, un 5.000 en Combarro. Landín y el pontevedrés José Antonio Ramallo, en su día mediofondista internacional y notable corredor de cross, se tomaron un café con Abal, y le hicieron ver que tenía dotes para correr por encima de la media.

«Hacía el cafre, salía a lo loco, a ver hasta donde llegaba, y hacía sufrir mucho al resto; y al final no acababa del todo mal. Era alguien del todo desconocido, y que no lo hacía del todo mal», rememora hoy Ramallo para explicar el porqué se ofreció al arousano a intentar hacer de él un buen mediofondista. Con cualidades, dice, para «destacar en el 10.000».

Seis meses se pasó el en la actualidad corredor del Athletics de Vigo trabajando una resistencia inexistente bajo las órdenes del quizá mayor especialista en la materia en Galicia, Carlos Landín En noviembre del 2015 se ponía bajo las órdenes de Ramallo.

Unos 100 kilómetros y seis días de trabajo pautado a la semana obraron en Abal una mejora meteórica. Al menos, la suficiente para ser convocado a los 3 meses de empezar a entrenar por la selección gallega para el Nacional de cross; y para iniciar con letra firme la escritura de un palmarés que cerró el 2016 con el título autonómico de 5 Kilómetros en Ruta, los subcampeonatos gallegos de los 10 Kilómetros en Ruta y Media Maratón, y el bronce galaico en los 10.000 metros en pista al aire libre. Prueba esta última en la que subió un peldaño este año con una plata. Siempre en la categoría promesa.

Pendiente solo del trabajo de fin de carrera para licenciarse en Criminología por la Universidad Isabel I de Burgos, cerca de cumplir los 22, Amadeo Abal ha aparcado su idea de preparar a fondo oposiciones a penitenciaría para «dedicarme un par de anos ao atletismo, a ver que podo facer nel», movido por ese estado mental y físico que ha encontrado a los mandos de unas zapatillas. «Gústame levar o corpo ao extremo, acabar o adestramento con esa sensación, e ver o mister contento».

Real Sociedad, Pamplona Atlético, Simply Scorpio y Nerja, enuncia, lo han tentado para sus equipos profesionales la próxima temporada. Pero el cambadés brotado por generación espontánea duda. Entre un acelerón, o continuar aprendiendo sin pausa pero sin prisas a avanzar con zancadas limpias y medidas hacia el éxito en una larga carrera de fondo que no ha hecho más que comenzar.

El ímpetu del novato, su gran lastre, le costó media campaña

El asombro y el elogio son las reacciones naturales entre el entorno de Amadeo Abal ante su carrera meteórica. Su entrenador, José Antonio Ramallo, es el encargado de poner el freno de mano. Porque como es lógico en un competidor que se bautiza con 19 años en un deporte como el atletismo, «Amadeo aún está muy verde».

«Tiene algún problema de sus anteriores etapas deportivas. Intentamos corregirle sobre todo la forma de correr; va encorvado, muy sentado, y avanza con los brazos muy abiertos, un hábito de piragüista», desgrana el técnico. Sin embargo, esos no son los lastres más pesados de los que debe deshacerse el cambadés.

«El 5 de febrero, tras el Campeonato de España de Media Maratón, le dije a Amadeo que mejor era descansar un poco, para encarar bien la segunda parte del año. Pero se hallaba eufórico, abusó del gimnasio, y se lesionó el pubis y tuvo una pequeña rotura de fibras. En 5 meses, solo hemos podido entrenar seguido los 2 últimos», fuera de forma para competir. De ahí que, más allá de su mejora en el 5.000 y 10.000, la prioridad de Ramallo con Abal sea «fortalecer su cabeza».