Una prospección geofísica investiga qué hay bajo la carretera de Adro Vello

leticia castro O GROVE / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

La zona se midió ayer con georradar para poder delimitar el yacimiento

07 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Adro Vello y O Carreiro registraron en la jornada de ayer una intensa actividad orientada, en su mayor parte, a delimitar la extensión del yacimiento arqueológico. Expertos de la Universidad de Vigo y un equipo de expertos en geofísica se trasladaron a la zona con el objetivo de obtener datos que les permitan conocer hasta donde se extienden los posibles elementos constructivos conservados. Dotados de dos georradares, recorrieron parte de la carretera que atraviesa la zona y algunos terrenos adyacentes para medir desde la superficie las propiedades fisicoquímicas del subsuelo, una técnica que les permitirá crear mapas y registros que describan su composición. «La idea es saber qué hay debajo de todo esto y hasta dónde hay elementos», comentaba ayer el investigador Adolfo Fernández, señalando además que todo ello influirá en la protección, en los cierres y la posible musealización, pues el equipo ultima ya el plan director que podría estar terminado a finales de año.

Gran interés

Saber qué se agacha más allá de la zona inicialmente excavada por el doctor Carro, es algo que despierta el interés de expertos, por razones obvias, pero también de vecinos de O Grove, que desean conocer hasta donde llega la riqueza de este asentamiento romano ubicado en O Carreiro. Por ello la actividad registrada ayer era tan importante. Se trata de realizar una especie de radiografía del suelo a diferentes profundidades. «Lo que estamos haciendo es parecido a un Tac, pero tomando muchas secciones del subsuelo», explicaba el arqueólogo geofísico, Roger Sala, de la empresa SOT Prospección Arqueológica, indicando que los resultados tardarán un tiempo en ver la luz, «porque esto tiene un trabajo de computación importante, se recogen muchos datos, hay que limpiar interferencias externas y generar visualizaciones que nos sirvan a nosotros y a los arqueólogos, por lo que tienen que ser comprensivas», decía.

El georradar proporciona mapas del subsuelo a diferentes profundidades para que los expertos luego puedan ver la correlación entre lo que hay excavado y lo que no se ve de manera destructiva, para que después puedan decidir intervenir de la manera más quirúrgica posible.

Los datos sobre la carretera parece que serán bastante exactos por aquello de que la antena del georradar permanece más pegada al suelo, algo que es más complicado en zonas forestales. La finalidad, señaló ayer Fernández, no es intervenir sobre la carretera, ni levantarla, pero es necesario hacer esa radiografía para saber qué estructuras se encuentran debajo y en las zonas adyacentes. El único sitio por donde no ha pasado el georradar, por falta de permiso, es el terreno donde se encuentra el chalé, situado a unos metros del yacimiento.