Prisión para un instructor de buceo por la muerte de una alumna en A Illa

Bea Costa
Bea Costa VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

El juez lo acusa de homicidio imprudente y lo inhabilita 18 meses para ejercer

01 abr 2015 . Actualizado a las 22:37 h.

La muerte de Beatriz García Fernández en abril del 2010 mientras participaba en un curso de buceo en A llla de Arousa fue un homicidio imprudente, según el fallo del juzgado de lo Penal número 1 de Pontevedra. En consecuencia se condena a Á. R. P. a medio año de prisión y a 18 meses de inhabilitación para ejercer como instructor de buceo. La sentencia es firme y contra ella no cabe recurso.

El juzgado considera probado que el día 11 de abril del 2010 Beatriz García, vecina de Vilagarcía nacida en 1973, se hallaba en las inmediaciones del islote Xidoiro Pedregoso, en aguas de A Illa, realizado la cuarta práctica de buceo en aguas abiertas como parte de un curso de iniciación al buceo impartido por el club de buceo de Vilagarcía, cuyo representante e instructor era el acusado.

Una vez que realizó la inmersión, Beatriz se extravió del grupo quedándose atrapada entre unas redes de pesca que se encontraban en el lugar, «falleciendo a consecuencia de asfixia por sumersión, siendo la causa inmediata de la muerte la producción de un edema agudo de pulmón», según recoge la sentencia.

El acusado «omitió las más elementales normas de precaución profesional, al no abortar la inmersión al inicio de la misma tras detectar la existencia de varias redes y aparejos de pesca en el lugar, siendo en tal momento la visibilidad bajo el agua escasa, y al no realizar la supervisión directa de los alumnos en todo momento», según apunta el fallo judicial. Cuando ocurrieron los hechos, había otros tres personas participando en la misma práctica de buceo.

Tanto el acusado como la empresa para la que trabajaba tenían asegurada la actividad. La familia renuncia a cualquier compensación económica, al haber sido ya indemnizada por este motivo.

Una joven de Vilagarcía

Beatriz García Fernández ocupaba un puesto directivo en la empresa arousana Precom, especializada en la construcción de elementos para infraestructuras. Llevaba alrededor de dos meses practicando el buceo y estaba a punto de conseguir su certificación. Su muerte provocó una gran conmoción entre sus allegados y el Club Arousa Sub incluso se planteó en ese momento suspender el campeonato gallego de fotografía que estaba previsto celebrar, precisamente, en el islote Xidoiro Pedregoso.

En su día, la Federación Galega de Actividades Subacuáticas apuntó que la presencia de una red calada de forma ilegal fue un factor determinante en el fallecimiento de la alumna vilagarciana. A partir de este accidente, la federación solicitó una entrevista con los responsables de la Consellería do Mar para reclamar un mayor control sobre las prácticas de pesca ilegal que, aseguraban, proliferaba en las rías gallegas.

Como muestra de los riesgos que entraña esta práctica, la federación aludía a lo ocurrido el 27 de octubre del 2003 en la playa de Area de Bon, ubicada en la ensenada de Aldán. Aquel día también era domingo y Roberto Porto, de 29 años y natural de Ponte Caldelas, practicaba pesca submarina. Cuando buceaba a cien metros de la orilla se enredó en una vieja malla impregnada de algas. Un hombre, que pescaba con caña en unas rocas, se percató de sus dificultades e incluso llegó a escuchar cómo el joven pedía auxilio. Se arrojó al mar para salvarlo, pero nada se pudo hacer para salvar su vida.