Un gran estanco de bateas y playas

A ILLA DE AROUSA

QUEIJEIRO

Barbanza, Noia y Muros eran las zonas de descarga de los grandes contrabandistas arousanos, que encontraron en sus arenales las pistas de aterrizaje de sus lanchas

23 abr 2017 . Actualizado a las 08:53 h.

Los contrabandistas de tabaco de la ría de Arousa lideraron un mercado ilícito en su país comprando la mercancía, primero, a los portugueses, y luego (por la subida de precios impuesta por los lusos), directamente, a la multinacional Philip Morris, en Bélgica. Posteriormente, por mar, como si fueran merluzas en la bodega de un pesquero, la nicotina con filtro llegaba a Galicia para, por último, y por carretera, viajar a Madrid o Barcelona, principalmente. El mecanismo lo cuenta un conocido contrabandista (luego condenado por tráfico de hachís) que acaba de recuperar la libertad tras 22 años en la cárcel. Él, arousano, y concretamente de Cambados, lo explica con pelos y señales: «Uno no debe defecar donde come, por eso yo nunca descargué nada en la comarca a la que pertenezco».

Boiro (muelles de O Chazo y de Esteiro) y Palmeira eran sus zonas preferidas en Arousa norte para soltar lastre en forma de alijos de cigarrillos. En Outes, y concretamente en O Freixo, «metí miles de cajas, por no decir millones. La zona de Carnota no me gustaba mucho, así que se la quedó Marcial (en referencia a Dorado), que también trabajó mucho y bien». Este excontrabandista, al hablar del peso de Barbanza en el negocio, asegura que había unos cuantos pesos medios, aunque la mayoría era gente que ayudaba en tener toda la infraestructura necesaria para mover las cajas y alijarlas.

Testal, el origen

Los grandes capos eran casi todos de O Salnés, pero con una devoción supina por las comarcas de Barbanza y Muros para llevar a buen puerto su producto. Así lo refleja también la hemeroteca de La Voz de Galicia, que publica, como su primera información sobre una partida ilegal de cartones, una que llegó en 1955 a Testal, justo cuando el negocio empezaba a germinar. «Entre mediados y finales de los años cincuenta fue cuando empezó todo en Galicia, antes no había nada. En los sesenta se afianzó y en los setenta se desmadró», explica el mismo excontrabandista.

Lo cierto es que el goteo de noticias sobre aprehensiones coincide con la tesis que defiende este arousano, sobre todo si la búsqueda de noticias se hace a partir de 1970. Tanto es así que, en algunas de estas informaciones aparecen nombres de imputados que, con el tiempo, acabarían siendo los grandes capos de un imperio que sirvió de base a estos personajes para empezar a desviar auténticas fortunas a paraísos fiscales sin que nadie pusiera el grito en el cielo, más bien todo lo contrario.

Abiertas o protegidas

De las informaciones publicadas se evidencia que, de Rianxo a Carnota, cualquier playa era válida. Las noticias de aprehensiones tenían como escenario arenales abiertos como el de Corrubedo o Carnota, o protegidos como los de Broña o Testal. En puertos, como el de Corrubedo, se descargaban cajas y cajas de tabaco a plena luz del día sin que, en este caso nuevamente, nadie se rasgase las vestiduras. Basta decir que en Noia, el alcalde que había en 1989, Pastor Alonso, no dudó en solicitar una base de Vigilancia Aduanera para hacer frente a los cada vez menos contrabandistas de tabaco y a los cada vez más numerosos narcotraficantes.

En 1989, en Porto do Son, concretamente en la playa de Espiñeirido, se localizó un alijo muy particular. Uno de los agentes que ejecutó el operativo, y que en aquel momento estaba destinado en el puesto sonense, explicaba ayer que el tabaco estaba escondido en dos zulos que los contrabandistas habían hecho en la misma playa. «Nunca vimos nada igual en la comarca, luego, con el tiempo, aparecieron otros en A Illa de Arousa, pero lo de Espiñeirido, incluso, había salido en todos los medios de comunicación del momento».

En taxis

En la comarca de Muros, por ejemplo, se daba otra situación. El tabaco que se descargaba era raro que se quedara en la zona. Lo normal era que, en camiones, saliera para su verdadero destino. Lo curioso es que, luego, eran vecinos de Arousa sur los que, en taxis o coches particulares, traían la mercancía que se vendía en bares, salas de fiestas o cualquier otro negocio. Aunque algunos bateeiros (igual que en Arousa), o empresas especializadas en la venta de pescado, también transportaban, camuflada entre su mercancía lícita, los ansiados cartones de tabaco.

De hecho, eran muchos los jóvenes que encontraron, en los setenta, el salario perfecto: se podía ganar en tres noches el dinero que ingresaba, por un mes de trabajo, un funcionario con titulación superior. Resistirse no fue fácil para muchos, sobre todo si la alternativa era el mar o la construcción. El principal problema fue el hábito que se generó en la población con el paso del tiempo, que coincidiría con la entrada en España de ciertas drogas que acabaron mutilando a una generación que, encontró en el negocio del tabaco, el principio de su particular fin.

Kubala perdió la vida en Sálvora. El 17 de julio de 1996 perdió la vida Manuel Durán, «Kubala», uno de los mejores pilotos de Arousa, cuando su planeadora fue embestida entre Aguiño y Sálvora. La niebla habría sido la causa del percance mortal. Las informaciones publicadas ese mismo año evidencian que, aunque el narcotráfico ya estaba asentado, el negocio del tabaco todavía tenía tirón.

El simbolismo de un nombre. Si hay una marca de tabaco que se asocia en Galicia al contrabando de tabaco es Winston, que iba siempre acompañado del sobrenombre «de batea». Esta foto, de 1994, corresponde a uno de los muchos alijos incautados por la Guardia Civil de Boiro.