Jugando al voleibol en penumbra y esquivando charcos 

Bea Costa
bea Costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

La chapuza del pabellón del Cabanillas va camino de convertirse en una bola de nieve. 

03 feb 2016 . Actualizado a las 08:06 h.

Hacer deporte en el pabellón del instituto Ramón Cabanillas de Cambados se está convirtiendo en una actividad de riesgo. No solo hay que abrir bien los ojos a la hora de mirar al suelo para esquivar los charcos. También conviene agudizar la vista para apuntar bien con la pelota porque, en cuanto se pone el sol, el pabellón se queda a media luz. De las siete filas de focos que hay en el techo solo funcionan tres, lo cual deja las instalaciones en penumbra.

La peor parte se la llevan las jugadoras de las categorías juvenil y sénior del club de voleibol XAV Cambados, que son las que entrenan más tarde, en algunos casos hasta las once de la noche. El problema no solo afecta a los equipos que utilizan la pista en horario de tarde. Cuando amanece un día gris, la falta de iluminación también se acusa a la hora de impartir las clases de Educación Física del instituto a primera hora de la mañana.

Las quejas por las deficiencias de este pabellón se acumulan en el despacho del concejal del Deportes, Víctor Caamaño, que cada día que pasa se indigna más con esta situación. Pero más allá de enviar escritos a la Diputación «pouco podemos facer», explica el edil. La reforma del pabellón del Cabanillas la contrató y financió la Diputación de Pontevedra de modo que es a ella a la que corresponde velar porque la obra se recibe con todas las garantías. Desde el organismo provincial se han puesto en contacto con la empresa constructora, Copcisa, para que subsane los deficiencias, pero estas no solo persisten sino que se agravan.

Técnicos de la Diputación han supervisado el tejado y concluyen que el problema es estructural. No basta con limpiar los canalones e instalar rejillas para evitar que se obstruyan por la acumulación de las hojas de los árboles, como se hizo. El agua ya no cae a modo de cascada por las cristaleras pero sigue colándose por las fisuras del tejado.

Víctor Caamaño dio ayer instrucciones al aparejador municipal para que revise el proyecto y anuncia que seguirá llamando a Pontevedra hasta que se resuelva el problema. Cabe recordar que este pabellón fue objeto de una profunda reforma el año pasado y se estrenó hace tan solo cinco meses. Caamaño confía en que no sea necesario instalar un nuevo tejado y se pueda capear el temporal sellando las fisuras. Sea cual sea la solución definitiva, lo que está claro es que no puede demorarse mucho más.

Un campeonato en juego

Según informaron ayer desde el club de voleibol, cada día aparecen nuevas goteras en sitios distintos de la cancha y la humedad sigue acumulándose en detrimento de la instalación eléctrica. El XAV aspira a ser sede de un campeonato gallego de infantil femenino en el mes de abril y temen que las precarias condiciones del pabellón lleven a la federación a rechazar su solicitud cursada desde Cambados.

La entrada por Valle-Inclán se queda a oscuras. El Concello de Cambados ha dotado al pabellón de un acceso propio desde la calle Valle-Inclán para evitar que los usuarios ajenos al instituto atraviesen el recinto escolar. Pero el que se aventura por este camino de noche tendrá la sensación de entrar en un túnel. Ni el acceso ni la entrada al pabellón disponen de alumbrado.

La mitad de los equipos entrenan al ponerse el sol. El XAV Cambados tiene siete equipos lo que obliga a alargar los entrenamientos hasta las once de la noche. En invierno, a las siete ya no hay luz solar y si el día amanece gris se hace necesario encender los focos ya a las cuatro de la tarde. Las clases de Educación Física de la mañana también se resienten por la escasa iluminación. fotos mónica ferreirós

Limpiar y cubrir los canalones no llega. Se limpiaron las hojas que obstruían la canalización del tejado pero, pese a todo, el agua se sigue filtrando por el techo, mojando la pista. Cuando llueve mucho, hay que sortear los charcos.

La obra está acabada. El proyecto de la Diputación de Pontevedra no incluía vestuarios de modo que el Concello optó por hacerlos por su cuenta. Su uso está pediente de la conexión de los servicios a la red de saneamiento.