La cooperativa de sexto vendió brujitas, bolsos y bolas antiestrés

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

CAMBADOS

MARTINA MISER

Los alumnos crearon durante el curso su propio negocio y ayer se fueron al mercado a vender la producción

25 may 2017 . Actualizado a las 18:48 h.

«Bonito y barato, bonito y barato», gritaba Diego ayer en el mercado de Cambados. Portaba un cartel que actuaba de reclamo para que los potenciales clientes se acercaran al puesto que los alumnos de sexto del colegio Antonio Magariños montaron al lado de la plaza de abastos. Bajo un sol de justicia, cuarenta y ocho niños se fueron turnando a lo largo de la mañana para vender los productos realizaron en la clase de Plástica a lo largo del curso: brujitas, colgantes, bolsos, lapiceros, pulseras...

Los artículos se pusieron a la venta a precios de entre 0,50 y 5 euros, y pronto empezaron a desaparecer en manos de mamás, abuelas y demás familiares, que no dejaron de acercarse a ver a sus chicos ejerciendo de vendedores. Fue el colofón al proyecto que realizaron al amparo del programa Depoemprende na escola, de la Diputación de Pontevedra, por el cual los alumnos aprendieron a crear su propio negocio, en este caso, una cooperativa. Los chicos no solo trabajaron con la tijera y el pegamento. También tuvieron que preparar unos estatutos, elegir a una directiva, visitaron la cooperativa Martín Códax y hasta ingresaron cinco euros cada uno para reunir el capital social necesario.

Plástica y Matemáticas

Según explica Rosa, una de las profesoras, esta actividad tiene una aplicación transversal en varias materias «pois traballaron desde as Matemáticas, pasando por Lingua, Sociais e, por suposto, Plástica». Depoemprende se ajustaba a los objetivos académicos del curso y los niños, por su parte, quedaron encantados, según afirmaban ayer Eloy, Katia, Mari Cielo y Jose, los alumnos de sexto B a los que le tocó atender el puesto en el turno de las 11.30 horas. Fue el momento de la mañana más agitado porque a esa hora recibieron la visita de la alcaldesa, Fátima Abal, y del concejal de Economía, Xurxo Charlín, y, con ellos, acudieron cámaras y periodistas. Los políticos no se fueron de vacío; la regidora compró unas bolitas antiestrés y unos adornos, y el edil se llevó una brujita y un colgante para su niña. «É unha iniciativa moi construtiva, teñen moito mérito», señalaba Abal. El puesto, por tener, hasta tenía licencia municipal y pagó la correspondiente tasa, apuntó Charlín.

Parte de la recaudación obtenida se destinará a financiar el negocio y, un porcentaje, se donará a Cáritas y al refugio de animales de Cambados. Ayer todavía era pronto para hacer números de modo que hasta dentro de unos días no se conocerá el balance contable, pero el principal objetivo ya está cumplido: los grupos de sexto lograron poner en marcha su propia cooperativa y, quién sabe si de ahí saldrá algún empresario para el futuro. Katia es de las que lo tiene claro. De mayor quiere montar una tienda de regalos y artesanía porque le encanta vender, explicaba ayer sin atisbo de duda.