La masiva afluencia de turistas obliga al tanatorio de Cambados a restringir el uso de sus aseos
CAMBADOS
Algunos visitantes incluso utilizan los baños de las salas de velatorio
15 jun 2017 . Actualizado a las 07:44 h.En el tanatorio de Cambados han tenido que tomar medidas drásticas. En el tablón de anuncios situado a la entrada, compartiendo espacio con las esquelas, han colocado un cartel que dice: «No permitido acceso a baños por turistas». El problema no es nuevo, pero como la situación empeora cada verano, la empresa Pompas Fúnebres de Arosa ha optado por restringir el paso.
El tanatorio está situado al lado de las ruinas de Santa Mariña Dozo, un monumento nacional del siglo XV que da nombre a uno de los cementerios con más encanto de Galicia. De hecho, forma parte de la Asociación europea de cementerios singulares y cada año es destino de miles de turistas.
En el camposanto no hay aseos pero en el tanatorio de al lado sí, de modo que algunos de estos turistas no dudan en entrar en el edificio a la hora de aliviar sus necesidades.
Según informan desde la funeraria, los visitantes ocasionan muchos problemas pues, además de ensuciar y obligar a aumentar los turnos de limpieza en los aseos, provocan ruido que molesta a las familias que están velando a sus muertos. Incluso llegan a utilizar los baños situados en el interior de cada una de las salas velatorio cuando el aseo del vestíbulo está ocupado, y cuando se les insta a abandonar el recinto, que es privado, no todo el mundo reacciona de buenos modos, según afirman desde la empresa.
«Si vienen una o dos personas nunca negamos el acceso, pero cuando viene el autobús completo, se producen colas, hablan en alto y hay familias que se han quejado, así que hemos tomado la decisión de restringir el acceso cuando hay defunción», señala Eduardo J. Martínez, de Pombas Fúnebres de Arosa. Los turistas de más edad y los extranjeros son quienes más recurren a estas prácticas, pero no exclusivamente. El campeonato de BTT infantil celebrado el pasado 4 de junio en el monte de A Pastora, a pocos metros de allí, también llenó los aseos del tanatorio de personas ajenas a los difuntos.