Las algas también dan la lata

Bea Costa
Bea Costa RIBADUMIA / LA VOZ

CAMBADOS

BEATRIZ COSTA

La conservera La Brújula proyecta incluir este producto en su gama gourmet y mañana buscará recetas en Cambados

16 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las algas van entrando cada vez más en las cocinas de los hogares y de los restaurantes gallegos. En fresco y en conserva, este producto ofrece un mar de posibilidades culinarias que conoce bien el chef cambadés Antonio Botana. Él será el encargado de conducir el curso de cocina marinera que se va a impartir mañana en Cambados dentro del ciclo Emprendemar, que organizan el Concello y la cofradía. Botana preparará algas recolectadas por los mariscadores de A Illa de Arousa y entre los asistentes estará un alumno aventajado, el chef de Conservas La Brújula, Miguel Vega.

Esta firma, vinculada a la conserva artesanal y a la gama gourmet, quiere dar el salto a las algas, y en aras de sacar adelante este proyecto, beben de todas las fuentes que le puedan inspirar en esta nueva aventura empresarial. Mañana protagonizará un maridaje con Emprendemar y después tocará experimentar en sus laboratorios y en sus cocinas hasta conseguir un producto afín a la excelencia que preconiza la marca. «Hemos hecho desarrollos a título experimental, combinaciones con berberecho y mejillón, pero queremos hacer también conserva solo de alga, con propuestas atrevidas», según explicaba ayer el director general de la fábrica asentada en el polígono industrial do Salnés, Ángel Sánchez.

El directivo ejerció de cicerone en una visita por las instalaciones en la que participaron la alcaldesa y el concejal de Economía de Cambados, Fátima Abal y Xurxo Charlín, respectivamente, y el concejal de Ribadumia Enrique Oubiña. La comitiva recorrió una moderna fábrica que cumple los parámetros de calidad y seguridad alimentaria, lo que la convierte en «la fábrica más moderna que hay en Galicia», según señaló su máximo responsable.

Las damas de la conserva

La planta lleva funcionando en el polígono de Ribadumia desde el año 1996 y, tras una reforma que le costó cinco millones de euros, ahora afronta una nueva etapa que pasa por explotar nuevos productos, sean algas, sea el «conservaturismo», en palabras de Sánchez. «La idea es unir el mundo del vino al de la conserva», apostilló.

Pero si algo valoran en La Brújula son sus «damas de la conserva». En estos términos se refiere el directivo a las trabajadoras que manejan el pescado y el marisco en la planta. «Como las manos de las gallegas en la conserva no las hay en ningún otro sitio de España», abundó el director general.

Ayer las tenían ocupadas en la preparación de ventresca de atún cuando se vieron sorprendidas por las autoridades y los periodistas enfundados en batas y gorros blancos.

La empresa apuesta por el «conservaturismo» para unir la conserva al vino