Desde la pasarela elevada de cincuenta metros hasta el párking incierto

Serxio González Souto
s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

CATOIRA

24 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La remodelación interior de la estación de tren está a punto de concluir. Si nada se tuerce, las taquillas deberían ocupar su nuevo emplazamiento en cuestión de días. A partir de entonces, a la firma Copisa solo le quedará por delante pavimentar la zona exterior y señalizar las plazas de aparcamiento. Con este paso llegarán a su final cuatro largos años de obras que han transformado las instalaciones ferroviarias de Vilagarcía por dentro y por fuera.

Corría el 2013 cuando el tramo Vilagarcía-Catoira inició su adaptación a la alta velocidad. Los pasajeros recordarán todavía aquella pasarela de cincuenta metros de longitud, levantada con andamios, que salvaba las zona de circulación en obras. La capital arousana se dotó así de cuatro vías electrificadas y una quinta de servicio. También de un paso inferior que comunica la plaza exterior con la calle de A Escardia sin necesidad de que sus usuarios se internen en el recinto ferroviario.

Rematada aquella fase comenzó, la prolongación del principal de los andenes y su elevación en 68 centímetros para evitar problemas en el acceso a los vagones. Con 400 metros, está preparado para recibir cualquier tren, incluyendo las más largas de las combinaciones. El siguiente peldaño, en marzo de este año, consistió en la reforma del párking y el anuncio de que se cerraría para cobrar una tarifa por estacionamiento. De momento, Fomento ha renunciado a esta idea. Pero todo quedará listo para instalar las barreras. Incierto futuro.