Iván Caamaño deja su acta como concejal del PP en Catoira: «Marcho moi satisfeito co traballo feito»

Rosa Estévez
Rosa Estévez CATOIRA

CATOIRA

Secundino Longa, a la izquierda, sustituye a Iván Caamaño en el pleno de Catoira
Secundino Longa, a la izquierda, sustituye a Iván Caamaño en el pleno de Catoira Cedida

El aún edil popular ha aprobado una oposición que le impedirá compaginar su trabajo con la actividad municipal

04 abr 2024 . Actualizado a las 18:56 h.

Vestido con un impecable traje azul, Iván Caamaño acudió este jueves al Concello de Catoira para presentar en el registro municipal la renuncia a su acta de concejal en esta localidad. El hasta ahora número uno del Partido Popular ha aprobado unas oposiciones que harán inviable su trabajo en la primera fila de la política local: «A política non é algo do que un deba aspirar a vivir toda a vida; a min tócame enfilar o meu futuro», dijo el hasta ahora portavoz conservador, de 27 años de edad. Caamaño será sustituido en el pleno de Catoira por Secundino Longa, quien se sumará al equipo integrado por Estefanía Frieiro y Gustavo Comparada. Cuentan, asegura Caamaño, con el respaldo de un equipo de veinte personas. A ese grupo le augura Caamaño «un brillante futuro» ya que, pese a sentarse en la oposición frente al gobierno en mayoría absoluta del BNG, el PP atraviesa en Catoira «o seu mellor momento».

De todo ello habló Caamaño en un encuentro con los medios convocado en el salón de plenos de Catoira. El lugar no fue elegido al azar: formaba parte de la cuidada puesta en escena con la que el popular quería dar solemnidad al momento de la despedida. Dice dejar la política local orgulloso «do traballo feito» y «satisfeito» porque, asegura, consiguió «un montón de cousas».

Ese balance tiene dos vertientes. Por un lado, la puramente política. Caamaño recordó que tenía 22 años cuando Alfonso Rueda y Cores Tourís le encomendaron la misión de reflotar al PP en una localidad que era «unha das prazas máis difíciles para o partido». Aquello suponía un reto: tomar las riendas de una organización sin cabeza y que había cosechado 200 votos en las anteriores elecciones. «Nas seguintes foron 400, nas últimas, 700», dice Caamaño, que considera que esos «grandes resultados» como una prueba del éxito de su gestión, capaz de convencer, incluso «a quen non pensa coma nós». Y es que, además de los votos, dice, el partido tiene ahora una estructura sólida.

Reconoce Caamaño que el suyo ha sido un «proxecto moi personalista, pero debía selo». Su discurso de este jueves estuvo trufado por constantes referencias al trabajo en equipo, pero no pudo evitar el líder popular que se le colase la primera persona del singular al hablar, por ejemplo, de «todo o que teño conseguido para Catoira». Según indica, su trabajo durante los años de gobierno compartido con el PSOE de Alberto García (PSOE) han permitido a la localidad dar grandes pasos adelante. «Aínda vai a haber proxectos que eu puxen en marcha e que van chegar cando eu xa non estea; mira como é a política», sentencia antes de poner como ejemplo la inversión prevista en las Torres de Oeste.

Todo ese trabajo, señala, deberá servir como sustrato sobre el que construir el discurso del PP local durante los próximos años. De momento, el protagonismo que hasta ahora tenía Caamaño no pasará a ninguno de los tres integrantes del grupo municipal, que se repartirán la portavocía. Tampoco está previsto que se aborde el debate sobre quién deberá ser la cara visible de la formación en el futuro más inmediato. «Queda moito para as eleccións», explica Caamaño, quien señala también su convencimiento de que «eu teño as portas abertas para volver». Y es que está seguro de que «se chego a quedar aquí, nas vindeiras eleccións gañaría».

En las pasadas municipales también respiraba el PP ese ánimo de victoria, pero esta no llegó. «Pero nós subimos puntos. Foi o PSOE o que lle entregou a alcaldía ao BNG», señala Caamaño, quien además acusa al actual alcalde, Xoán Castaño, de haber utilizado «a mentira, como no tema da pirotecnia» para conseguir votos. «En política, corre máis una mentira que mil verdades. Pero eu agora marcho co triunfo da verdade», indicó. En todo caso, no haber alcanzado la alcaldía en las últimas municipales no fue el peor momento de su corta carrera política. «O peor foi a moción de censura», cuando decidió «ir adiante cunha estratexia que era miña e na que moita xente non confiaba». La moción de censura puso a Alberto García de nuevo al frente del Concello y convirtió a Caamaño en un concejal delegado de negociar con la Xunta y del proyecto Mar de Santiago. «Eu teño o papel que o demostra», dice, y se aplaude por haber sido capaz de «entenderse» con el regidor socialista, con el que tantas diferencias mantenía.

Caamaño cree que su gestión irá ganando peso a medida que pase el tiempo y se compare con el trabajo del gobierno del BNG. «Eu creo que a xente vai notar que marchou aquel de Catoira ao que podían chamar ás doce da noite e lle solucionaba o problema», recalcó el aún líder del PP.