Los pasos que no solo sigue Rajoy

Ana Escudeiro Thomas / B.C. MEIS / LA VOZ

MEIS

La Ruta da Pedra e da Auga ha registrado una notable afluencia de turistas coincidiendo con la temporada estival y el buen tiempo que disfruta la comarca

30 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Ocho años han pasado desde la inauguración de la Ruta da Pedra e da Auga. Los seis kilómetros y medio que separan Barrantes del Monasterio de Armenteira en Meis se han convertido en un verdadero reclamo turístico de la zona. El sendero por la orilla del río acoge las pisadas diarias de centenares de visitantes, que se mezclan con la habitual mirada de los lugareños.

El alzamiento de barbillas delata la admiración que despierta la tierra prometida. Cuatro extremeños y su perro llegan al final del camino, sorprendidos por la belleza del Monasterio. «La verdad es que nos ha parecido impresionante todo el trayecto». afirman. Al preguntarle acerca de su interés por el camino rural, reconocen haberla descubierto por la asiduidad del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en este paseo que se ha hecho tan mediático como transitado. Los excursionistas se topan así con una estampa típicamente galaica, con el verde, el color indefinido de las rocas y el gris de las nubes que acostumbran posarse, aunque no este verano. «Es un paisaje que no tenemos por allí», mantiene la familia pacense.

Los pasos del político pontevedrés conducen obligatoriamente al bar El Comercio, con el que se topa de bruces el caminante al finalizar la marcha de hora y media, según el ritmo del paso. El emparrado que cubre la terraza protege a los visitantes del sol mientras consumen siguiendo el ritual matutino de Mariano Rajoy, su café por un euro y la magdalena que lo acompaña. En una de las mesas llenas del establecimiento, una familia bilbaína comenta los encantos del Cambados donde se alojan.

Habituales turistas de la comunidad gallega, recorren por primera vez la Ruta da Pedra e da Auga acompañados de la guía del hotel donde están hospedados. «Nosotros estamos acostumbrados a este tipo de rutas pero la verdad es que nos ha gustado mucho», comentan los norteños. «Desde el hotel solemos organizar tres visitas a la semana», añade la monitora. A lo largo de la jornada, los senderistas que se dejan caer por las proximidades del Monte Castrove tras su paso por el cauce del Río Armenteira no cesan. Las visitas y el paso de las semanas pasan factura y se notan en el desgaste del mobiliario, que se compensa por la belleza de un enclave sin igual. La Aldea de Pedra que sorprende a mitad de camino, los muchos molinos y la pureza del paisaje enmarcan el sendero que dota O Salnés de una opción turística familiar y tranquila, ante la aglomeración que surge en a la oferta de mar, y arena de la zona. Habrá que estar atento, tras las citas parlamentarias de esta semana, a las maniobras de escapismo del senderista más fiel, el señor Presidente.