La Asociación Nacional de Agrupaciones y Asociaciones de Voluntarios de Protección Civil de España convirtió ayer A Estrada en escenario de un macrorreconocimiento a los creadores de la red gallega de voluntariado y Protección Civil. Trece personas recibieron a título póstumo la Cruz de Servicios Distinguidos del colectivo, en la categoría de bronce, por su dedicación a los demás sin pedir nada a cambio. Una de esos títulos viajó hasta O Salnés, ya que fue concedido a Jorge Fariña, bombero del consorcio provincial y espíritu de Protección Civil de Meis durante muchos años. Falleció el año pasado mientras hacía unos ejercicios, dejando un hondo recuerdo entre todos aquellos que lo conocieron.
Así quedó de manifiesto ayer, durante la mañana de homenajes que se vivió en A Estrada. En nombre de los familiares de los que ya no están habló Eulalia Trabazo, viuda del silledense Manuel Vázquez Barcala, presidente de la agrupación local y fundador y primer presidente de la Federación Gallega de Protección Civil. Eulalia destacó el sentimiento encontrado de alegría y vacío de los familiares de los homenajeados a título póstumo, que «dedicaron una parte de sus vidas, fuera de sus trabajos, a las agrupaciones de voluntarios de sus pueblos, a veces con pocos medios y a veces con poca ayuda local».
Ayer fueron condecorados también 16 mandos con papeles cruciales en el despegue de las agrupaciones de Protección Civil y que ya no se encuentran en activo. A los demiurgos de las agrupaciones gallegas retirados de esas lides les dio voz la estradense María Jesusa Fernández Bascuas, que en 1993 fue la vicepresidenta del recién nacido grupo local. Fernández recordó la época en la que los voluntarios «eran case sempre os únicos bombeiros, sanitarios, a seguridade nos eventos...» y destacó la «ilusión inagotable» con la que, con «poucos medios e menos recursos», se inició un gran camino.