Las manos expertas y el trabajo artesanal de Hermanos Garrido, en O Grove, y la colaboración de la asociación Amigos da Dorna de Portonovo están devolviendo a la vida, poco a poco, a la Surfeira, uno de los escasísimos ejemplares que quedan de una dorna nai. Esta embarcación llegó a manos de la asociación sanxenxina cuando se desprendió de ella su anterior propietario.
Para hacerse una idea de la extrema rareza de esta embarcación de ocho metros de eslora, hay que tener en cuenta que apenas se conservan un puñado en toda Galicia. Alejandro Piñeiro, portavoz de Amigos da Dorna, explica que aún queda mucho por hacer. «Lixar, limpar e pintar. A idea é, se todo vai ben, tela no mar en outubro», precisa. Cuando esté lista, la Surfeira se irá a su base en Portonovo, donde servirá como embarcación escuela para nuevos navegantes.