La portera meca que dio un paso atrás para dar un gran salto adelante

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

O GROVE

Tras un año en División de Plata la joven arousana Irene Sánchez ha regresado a la élite de la mano del Porriño, para relanzar su carrera y volver a la órbita de la selección española

26 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado sábado volvía a A Sangriña sintiéndose como en casa a pesar de lucir la camiseta del equipo rival en el gran derbi gallego de la División de Honor, la categoría reina del balonmano femenino español. Irene Sánchez Rodríguez (O Grove, 8 de abril de 1994) apenas dispuso de unos minutos en el tramo final de un encuentro que su exequipo, el Atlético Guardés, había encarrilado en el último cuarto de hora para acabar ganando 24-19 al Porriño. Y si bien su breve participación quedó lejos de colmar las expectativas de la meca, que llegaba al choque de colíderes invictos «con mucha ilusión y ganas de jugar», Sánchez se queda con las sensaciones extradeportivas disfrutadas ante 800 entregados aficionados. «Me emocionó mucho volver. Ver caras conocidas. Gente que me quería venir a saludar. Por algo dicen de la afición del Guardés que es la mejor de España», declaraba ayer.

Por este tipo de experiencias es por lo que Irene decidía retornar el pasado verano a la División de Honor. Por eso y, sobre todo, por su empeño de volver a «demostrar lo que valgo» en los grandes escenarios del balonmano, y entrar de nuevo en la órbita de la selección femenina absoluta tras haber debutado oficialmente como internacional en la fase de clasificación para el Mundial Júnior de Alemania 2014, y ser elegida por la Real Federación Española de Balonmano entre las quince jugadoras del programa de seguimiento de posibles recambios a medio plazo para el combinado nacional sénior. Un programa este en el que participó en su segunda y última temporada en el Atlético Guardés. «La selección es el sueño de cualquier jugadora. Estoy trabajando duro, quiero que se refleje de alguna manera, y confío en que en algún momento tenga premio», dice Irene.

Este es el principio que mueve la carrera de la portera arousana, y que en el verano del 2015 la llevó a dar un paso atrás al que muchos deportistas se resisten aún cuando resulta el mejor camino para salir de un punto muerto. «En el Guardés tenía por delante a Cristina Maestro, de 30 años, y la experiencia es lo que más cuenta en División de Honor -y la Copa EHF-. Yo no disponía de minutos, y quería volver a coger confianza. Yo la confianza la había perdido toda en el Guardés, y decidí fichar por el Seis do Nadal de División de Plata». Y, añade Sánchez, está convencida de haber acertado de pleno. «Lo jugué todo. Me vino muy bien. Volví a confiar en mí. Pero no era mi liga; mi liga es esta -la de la máxima categoría-».

Así las cosas, al final de la temporada pasada ante Irene se desplegaron más de media docena de ofertas de División de Honor y Plata, incluida una para renovar por el Seis do Nadal. Dudó entre una de fuera de Galicia, porque «me apetecía volver a probar lejos de casa -militó en el Castellón en su etapa juvenil-, pero al final pensé que si tenía la oportunidad de jugar cerca de casa, en la máxima categoría cerca de mi familia y de mis amigos, mejor».

Claro que lo que acabó de decantar la elección de Sánchez por la propuesta del Porriño fue poder volver a coincidir con la extremo catalana Sara Gil, con la que trabó amistad en su breve paso por la selección júnior española, apunta la grovense.

«Máxima fan» del Rasoeiro

La guardameta del Porriño, ahora cuarto clasificado de la Liga a un triunfo de los colíderes Atl. Guardés y Bera Bera, alterna sus entrenamientos nocturnos y los partidos con su equipo con el papel de preparadora de un plantel base de su club mientras estudia el Ciclo de Técnico Deportivo en Pontevedra. Con el entrenador porriñés Abel Estévez apostando por el momento por rotar a sus tres porteras, y la canterana y excompañera de Sánchez en selecciones gallegas base Iris Sanjuán y la alicantina Susi Sánchez (24 años) como rivales por el puesto.

Mientras Irene sigue peleando por «demostrar lo que valgo, que me vean y se compruebe que se puede confiar en mí», se confiesa la «máxima fan de los chicos» del equipo sénior masculino del Rasoeiro. El club en el que se inició en el balonmano, y cuyo plantel de referencia acaba de debutar en Primera Nacional. «Lo voy a ver siempre que puedo», exclama Sánchez, confiando, como en ella misma, en sus posibilidades de dar mucho que hablar.